El fiscal general del Estado se sentará en el banquillo el próximo mes de noviembre para que los siete magistrados de la sala segunda del Tribunal Supremo (tres mujeres, cuatro hombres) decidan finalmente si el señor García Ortiz cometió o no cometió un delito de revelación de secretos, a la luz del artículo 197 del Código Penal.
Al Fiscal General del Estado se le acusa de la comisión de un delito, el de revelación de secretos, que no cuadra, pues en defender la verdad desvelando los secretos que se usan para ocultar los delitos consiste precisamente la función del Ministerio Público.
Dice el refrán que el que espera se desespera y ese parece ser el estado de ánimo que acompaña al líder de la oposición.
La patronal de las compañías eléctricas, Aelec, ha vuelto a lanzar una seria advertencia sobre el estado de la red de distribución en España.
La grave crisis política y diplomática abierta entre España e Israel no augura nada bueno. La cosa venía de atrás cuando Pedro Sánchez decidió que España reconocería al Estado palestino, decisión que provocó una primera reacción airada del gobierno de Israel.
Lo diga Sánchez o su porquero, al terror no se le puede responder con el terror sin violar los derechos humanos y pisotear el derecho internacional.
Hace muchos años, pero que muchos, que lo de los prostíbulos del suegro de Sánchez era conocido y reconocido.
Cuando supe que María Pombo había viajado a Castropol, el pueblo más lector de España, tras su cruzada contra la lectura precisamente, creí que había sido derribada, como San Pablo de su caballo camino de Damasco, por el rayo de la culpa, pero no, había ido allí a la "preboda" de otra influencer, que se casaba en la localidad de enfrente, Ribadeo, el otro emporio ilustrado de la ría que separa, o que une, Asturias y Galicia.
Quizá porque es la primera vez que todo un fiscal general del Estado puede acabar sentado en el banquillo de los acusados, el caso que afecta a Álvaro García Ortiz copa la crónica política y nos coloca ante el espejo que refleja la insoportable polarización en la que está instalada nuestra sociedad.
Cientos de miles de pasajeros se quedarán sin viajar a precios asequibles por la guerra abierta entre la aerolínea irlandesa, Ryanair y la empresa Aena.
Están pasando aquí tantas cosas que resulta difícil mirar más allá de los Pirineos, olvidando aquello, sin duda exagerado, de que, cuando Francia estornuda, España pilla una pulmonía.
Siempre me he preguntado qué especiales mimbres tejen el cinismo político de esta país nuestro como para permitir que un periodista acuse al jefe del Gobierno de incumplir la Constitución, y que no les pase nada ni al periodista ni a ese jefe del Gobierno.
Dice Macron que la coalición de una treintena de países dispuestos a garantizar una eventual paz negociada en Ucrania (España, entre ellos, y me parece bien como apuesta por la diplomacia en el contencioso ruso-ucraniano) no tiene la menor intención de librar una guerra con Rusia, aunque Putin ya ha respondido que, puesto que es un despliegue de soldados "occidentales" (europeos, además de Australia, Japón y Canadá), lo consideran un objetivo militar "legítimo".
De Pedro Sánchez, vista su trayectoria, se podía esperar cualquier cosa pero pensar que, en la estela de Donald Trump y Silvio Berlusconi, iba a acusar a los jueces de estar prevaricando ("Hay jueces haciendo política"; "El fiscal general es Inocente "), supera lo previsible porque siendo el presidente del Gobierno sus palabras resultan intimidatorias.
El Diccionario de la Real Academia Española tiene la misericordia de definir al boquirroto, como fácil en hablar, pero cuando el pueblo llama a alguien boquirroto, quiere decir que habla demasiado y que, en la abundancia, puede caer en la desmesura y en el insulto.
Hay comentaristas que han dado mayor importancia a la ausencia de Alberto Núñez Feijoo en el acto de apertura del año judicial este viernes que a la presencia 'estelar' del fiscal general del Estado, junto al Rey y la presidenta del Consejo del Poder Judicial, en este solemne evento, que, por cierto, cada año trae su polémica.
El nacionalismo catalán funciona como especie protegida en el ecosistema político vigente durante esta última parte del reinado de Sánchez.
"Soy ateo. Soy anticlerical. Soy un laicista militante., un racionalista contumaz, un impío riguroso.
Cuando en junio pasado Israel abordó en aguas internacionales al "Madleen", la embarcación británica que llevaba ayuda humanitaria a Gaza, secuestrando a sus 12 tripulantes y confiscando los pañales y la leche destinada a los niños palestinos que sucumben a las bombas, a la miseria y al hambre, el Reino Unido no movió un dedo ni para firmar una nota de protesta ante semejante acto de piratería.
Presidido por el Rey, este viernes se celebrará el acto de apertura del Año Judicial en el que intervendrá el fiscal general de Estado pese a estar procesado en el Tribunal Supremo por un presunto delito de revelación de secretos.
Este mes de septiembre amenaza con ser otro más de los que están cambiando el mundo, Europa y, por supuesto, esta España agitada por incumplimientos constitucionales, quiebra de las hemerotecas (aquí, todos dicen Diego dende dijeron digo, o lo que sea), alianzas imposibles, territorialidad en crisis: el Estado se tambalea en un país literal y moralmente 'quemado' que ha agravado las diferencias entre la España rica superpoblada y la pobre, vaciada.
Sinceramente, hubiese esperado que de la entrevista -tan infrecuente- al presidente del Gobierno hubiesen salido algunos titulares de mayor trascendencia que las acusaciones de Pedro Sánchez a ciertos jueces que persiguen a sus familiares o que la reiteración, faltaría más, de que presentará los Presupuestos.
El mercado laboral español se tiñó de rojo en agosto, con los peores datos desde 2019.
El criterio del Gobierno para el reparto entre las comunidades autónomas de los últimos contingentes de menas -emigrantes menores de edad- delata un patrón de conduta insidiosa.