La grave crisis política y diplomática abierta entre España e Israel no augura nada bueno. La cosa venía de atrás cuando Pedro Sánchez decidió que España reconocería al Estado palestino, decisión que provocó una primera reacción airada del gobierno de Israel.
Pero se ha ido agravando a raíz de la escalada militar del Ejército israelí tras la invasión de la Franja de Gaza que, según fuentes palestinas, habría provocado la muerte de más de sesenta mil personas. La mayor parte, civiles.
En paralelo con estos hechos, diversos episodios derivados de declaraciones de algunas ministras del Gobierno español --Yolanda Díaz, Sira Rego (Sumar) calificando de genocidio lo que está pasando-- han contribuido a encrespar los ánimos, dando pie a descalificaciones subidas de tono por ambas partes. El último acto de esta escalada lo ha protagonizado el Presidente del Gobierno al calificar también de "genocidio" y "exterminio" la masacre provocada por la invasión israelí de la zona de Gaza, una campaña de ocupación militar que se inició como respuesta al asesinato el 7 de Octubre de 2023 de 1.200 israelíes y el secuestro de 251 que fueron conducidOs a la Franja de Gaza. Algunos todavía permanecen en manos de la organización terrorista Hamas autora de aquél ataque.
Al hilo de la situación, y haciendo suyas algunas de las exigencias de Sumar, Pedro Sánchez anunció el lunes por la mañana algunas medidas -embargo de la venta de armas a Israel, limitaciones en el uso del espacio aéreo de transportes de suministros con destino a aquél país, etc.- que han provocado una reacción durísima del ministro de Exteriores israelí llamando corrupto al Gobierno español, acusando a nuestro país de antisemita y prohibiendo la entrada de Yolanda Díaz y Sira Rego en Israel. La respuesta de Madrid ha sido llamar a consulta a nuestra embajadora en Tel Aviv.
Llegados a este punto cuesta separar este asunto de la situación política interna en España. Introducir ahora A el asunto de Gaza en la agenda política española destila oportunismo. El anuncio y sus consecuencias marcan la prioridad en el relato en el arranque de una semana en la que la cosa iba -y así continuará siendo- un dominio de la crónica de tribunales. Este miércoles Begoña Gómez esposa del presidente del Gobierno está citada en un juzgado de Madrid y en fecha próxima se espera la apertura de juicio al Fiscal General del Estado. Un relato sustituye a otro. Pero la crisis diplomática abierta con el gobierno de Israel traerá consecuencias a medio y largo plazo. Y no serán buenas para nuestro país.