González Amador denuncia en el Supremo que la filtración de la Fiscalía le impuso una “sentencia popular”

González Amador denuncia en el Supremo que la filtración de la Fiscalía le impuso una “sentencia popular”

La defensa de Alberto González Amador, pareja de la Presidenta del Gobierno regional, Isabel Díaz Ayuso, ha acusado al Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, de vulnerar su presunción de inocencia al facilitar supuestamente la difusión de un correo electrónico a medios de comunicación. Según ha sostenido este jueves el abogado Gabriel Ramos ante el Tribunal Supremo, dicha filtración transmitió públicamente que González Amador era “un delincuente confeso”, lo que habría generado una condena social previa al juicio.

Durante la exposición de su informe final en el juicio contra García Ortiz por presunta revelación de secretos, el letrado ha insistido en que la publicación de ese correo electrónico, en el que la defensa de González Amador se mostraba dispuesta a admitir dos delitos fiscales a cambio de evitar la prisión, tuvo efectos devastadores. A su juicio, no se limitó a informar de la existencia de un procedimiento penal, sino que presentó a su defendido como culpable ante la opinión pública, provocando una "sentencia pública de condena" que afectó gravemente a su imagen y situación personal.

El representante legal del empresario ha subrayado que este episodio convirtió a su cliente en una “moneda política”, víctima de un relato institucional supuestamente promovido desde el propio Ejecutivo. Ramos ha sostenido que “tenemos a representantes políticos ejecutando esa sentencia popular diariamente”, en referencia a las declaraciones y posicionamientos públicos vertidos desde ámbitos del Gobierno central.

Asimismo, el abogado ha denunciado que González Amador ha sido blanco de una “maquinaria de comunicación” que ha contribuido al deterioro de su reputación y le ha ocasionado perjuicios económicos y personales. En relación con la causa por presunto fraude fiscal, el letrado ha cuestionado en voz alta: “¿Pero qué defensa se va a practicar?”, en alusión a las dificultades procesales que, a su juicio, provoca una condena mediática previa a la celebración del juicio correspondiente.

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