El joven artista coruñés reunió a miles de seguidores entregados en una de las primeras actuaciones del sábado, con un directo que confirmó su madurez escénica y su magnetismo emocional.
A las cinco de la tarde, con el sol todavía alto sobre el recinto de Cantarranas en la Universidad Complutense, Íñigo Quintero subía al Escenario Endesa del Festival Jardín de las Delicias ante varios miles de personas que llenaban buena parte del espacio desde primera hora. Lo que en otras ediciones habría sido una franja de calentamiento se transformó en una de las actuaciones más intensas y coreadas de todo el sábado.
Con una puesta en escena sobria y elegante, el artista gallego interpretó los temas habituales de su repertorio en orden similar que en sus últimos conciertos, generando una atmósfera de recogimiento colectivo. Sonaron “Desconocido”, “Nada cambia”, “El equilibrio”, “Lo que queda de mí” y, por supuesto, el himno generacional “Si no estás”, cantado de principio a fin por un público visiblemente emocionado.
Uno de los momentos más celebrados de la actuación fue la aparición sorpresa de Hey Kid y Besmaya, que se unieron a Íñigo Quintero para interpretar dos temas de forma conjunta. Estas colaboraciones, no anunciadas en el cartel, provocaron la euforia de los asistentes y mostraron la sintonía artística entre algunos de los nombres más relevantes del nuevo pop español.
Nacido en A Coruña en 2001 y formado en el colegio Peñarredonda, Íñigo Quintero irrumpió en la escena internacional en octubre de 2023 cuando su canción “Si no estás” alcanzó el n.º 1 global de Spotify. Fue el primer artista español en solitario en lograrlo, lo que supuso el inicio de una proyección que ha crecido sin interrupciones. Su sensibilidad, basada en melodías de piano y letras introspectivas, encontró eco en millones de oyentes en Europa y América.
Lejos de quedarse en el éxito viral, consolidó su proyecto artístico con el EP ES SOLO MÚSICA (abril de 2024), una colección de cinco canciones que definen su paleta emocional. En 2025, su trayectoria se fortaleció con nuevos lanzamientos: “Extranjero”, “Despedida”, “Bajo control” y “Siempre lo mismo”, todos recibidos con entusiasmo por crítica y público.
Desde sus raíces familiares en Pontedeume hasta su primera gran actuación en el WiZink Center durante el concierto solidario “Por Ellas” en 2023, su recorrido ha sido meteórico, pero sereno. El propio artista ha reconocido en entrevistas su deseo de no apresurar los tiempos y cuidar cada paso. “Yo soy cristiano… Y no espero que todas mis canciones vayan de eso”, dijo en una conversación en 2024, dejando clara su fe, pero también su voluntad de que su música hable a todos.
La cita en el Jardín de las Delicias sirvió como confirmación de que el fenómeno Íñigo Quintero ha llegado para quedarse. En pleno auge de su gira europea y tras haber pisado escenarios en Londres, París, Berlín o Ciudad de México, su parada en Madrid fue un reencuentro con una ciudad que ya le vio brillar por primera vez hace dos años.
El magnetismo de su presencia, la contención en cada gesto y la intensidad emocional de su voz convirtieron su concierto en una especie de ceremonia compartida. No hay artificio en su propuesta: hay verdad, oficio y un deseo sincero de conectar desde la fragilidad. Es ese equilibrio el que lo ha situado como una de las figuras más sólidas del nuevo pop español.
El público, formado en gran parte por jóvenes que descubrieron su música a través de plataformas digitales, respondió con una entrega total. Aplausos, lágrimas, abrazos y una ovación final que se prolongó incluso después de que el artista abandonara el escenario, cerraron una de las actuaciones más emotivas del festival.
Íñigo Quintero no solo emocionó: dejó claro que su historia apenas empieza, y que el camino que tiene por delante es tan amplio como el eco de sus canciones. Desde Madrid, testigos de su crecimiento, lo seguiremos de cerca.