La Audiencia Provincial de Madrid comienza este martes el juicio contra un hombre acusado de asesinar con extrema violencia a un joven brasileño de 27 años en una casa prefabricada del municipio de Alcorcón. Los hechos ocurrieron durante la noche del 23 al 24 de marzo de 2022, y el acusado permanece en prisión provisional desde el 4 de abril de ese mismo año.
El Ministerio Fiscal le imputa un delito de asesinato y solicita para él el pago de una indemnización de 120.000 euros al padre de la víctima en concepto de responsabilidad civil. El escrito de acusación describe un crimen cometido con ensañamiento y con el claro propósito de privar de la vida a la víctima.
Según el relato del fiscal, el acusado acudió a un recinto vallado ubicado en la carretera de San Martín de Valdeiglesias, donde se almacenan casas móviles, para encontrarse con Y. R. da C., quien acostumbraba a pernoctar en una de esas viviendas, identificada con el número de bastidor 39PF02. Fue allí donde, tras reducirle, le ató las muñecas por la espalda con una cuerda fina, mientras que con otra más gruesa le rodeó el cuello, pasó el extremo por la axila y lo enlazó con las ataduras de las manos hasta inmovilizar también los tobillos.
De este modo, la víctima quedó completamente atada en posición fetal, sin posibilidad alguna de defensa ni de huida. A pesar de tenerlo ya reducido, el acusado, según el Ministerio Público, “buscando provocarle un dolor inhumano y sabiendo que no era necesario para su propósito de causarle la muerte”, le infligió numerosas heridas con un objeto cortante.
El cuerpo del joven presentaba una veintena de cortes y signos evidentes de agresión: erosiones, escoriaciones, equimosis y heridas incisas distribuidas por la cabeza, el tórax, el abdomen, los brazos, la espalda y las piernas. La brutalidad del ataque culminó con varios golpes reiterados en la cabeza con un objeto romo, provocándole un traumatismo craneoencefálico y una hemorragia subaracnoidea que resultó mortal.
El cadáver fue hallado oculto dentro de la estructura de un sofá en el interior de la casa móvil, con evidentes signos de violencia y las extremidades atadas. El juicio determinará ahora la responsabilidad penal del acusado, cuya conducta ha sido calificada por la Fiscalía como un asesinato con ensañamiento y sin posibilidad de defensa por parte de la víctima.