El conjunto polaco Bester Quartet: “La música es un elemento muy importante en la formación de la conciencia nacional”

Bester Quartet, anteriormente conocido como The Cracow Klezmer Band, es un prestigioso cuarteto nacido en Cracovia en 1997 de la mano del aclamado acordeonista y compositor Jarosław Bester. El grupo –formado actualmente por Bester en el acordeón, Dawid Lubowicz (violín), Maciej Adamczak (contrabajo) y Ryszard Pałka (acordeón, clarinete, percusión, duduk)— combina una formación clásica con un enfoque vanguardista, fusionando klezmer, jazz y música de cámara contemporánea, siempre con amplias dosis de improvisación.
Han colaborado con figuras como John Zorn (en su sello Tzadik han lanzado varias de sus obras y se han convertido en el único conjunto de música polaca que colabora permanentemente con el prestigioso sello en Nueva York), Tomasz Stańko, Grazyna Auguścik y Frank London, y han actuado en escenarios de Europa, América del Norte, Asia y Oriente Medio.
Recientemente, el Bester Quartet fue invitado a actuar en Madrid para la clausura de la Presidencia polaca del Consejo de la Unión Europea, reafirmando su estatus como embajadores culturales de Polonia y su capacidad para emocionar a audiencias internacionales con su mezcla de tradición y modernidad. Madrid Actual ha podido entrevistar a Jarosław Bester y ahondar en el original modo de hacer música de este cuarteto.
P.- ¿Cómo surgió Bester Quartet? ¿Cuáles fueron los contextos musicales y personales que los llevaron a formar el grupo?
R.- La banda se formó en 1997 en Cracovia y al principio interpretaba música klezmer tradicional. Esto estaba relacionado con el período postcomunista en la historia de Polonia, el renacimiento de la vida en el distrito judío, donde había una demanda de música de los años previos a la Segunda Guerra Mundial.
P.- Vuestra música mezcla klezmer, jazz y elementos de la música clásica contemporánea. ¿Cómo describiría la identidad sonora de ese cuarteto a alguien que nunca los ha escuchado?
R.- Esta mezcla de muchos estilos musicales diferentes, que se encuentra en la música que interpretamos actualmente, es el resultado de muchos años de trabajo y transformación, que ocurrió no solo a través de la ejecución de obras originales dedicadas a esta banda, sino también gracias a las múltiples fascinaciones musicales de los distintos miembros. En mi opinión, hacemos música que no está definida por marcos convencionales, pero creo que es un estilo de origen clásico con elementos de improvisación jazzística y klezmer, adornado con la espiritualidad de la música judía.
P.- ¿Cuál fue el punto de partida para la transición de The Cracow Klezmer Band a Bester Quartet? ¿Qué motivó ese cambio de nombre y dirección artística?
R.- La decisión se tomó después de 10 años como The Cracow Klezmer Band, y fue dictada por lo que ya mencioné: el desarrollo musical del grupo, que en cierto punto se alejaba de la comprensión tradicional de la música klezmer. Por ello, tras consultarlo con nuestro editor John Zorn, cambiamos el nombre por uno más universal.
P.- La improvisación juega un papel clave en vuestra música. ¿Cómo equilibran la libertad del jazz con las exigencias estructurales de los otros géneros que exploran?
R.- Sucede de manera natural. Actualmente, la banda está compuesta por músicos de jazz, excepto yo, que tengo formación clásica. Como soy el líder y compositor o arreglista de la mayoría de las piezas que interpretamos, puedo permitirme equilibrar los estilos de manera que el jazz no sea el dominante, pero tampoco lo sea el klezmer. Aporto un poco de seriedad y precisión desde la música clásica. Claro, no basta con eso: se necesitan grandes músicos, y por suerte los tengo.
P.- ¿Qué desafíos enfrentan al fusionar estilos tan distintos sin perder coherencia musical?
R.- No hay desafíos: simplemente tenemos que escucharnos mutuamente.
P.- Han trabajado con el sello Tzadik de John Zorn. ¿Cómo influyó esa colaboración en su desarrollo artístico?
R.- La colaboración con el sello Tzadik nos abrió las puertas a los mercados musicales de todo el mundo. Al mismo tiempo, nos dio alas y la voluntad de trabajar aún más duro. John Zorn es un músico extraordinario, y es un gran honor que nuestro trabajo haya sido apreciado por él... Además, trabajar con su música cambió mi percepción de la música klezmer, y no solo eso.
P.- Han actuado en muchos países y contextos culturales. ¿Cómo responden las audiencias internacionales a una música tan profundamente enraizada en las tradiciones de Europa del Este?
R.- El público de todo el mundo nos recibe con entusiasmo. Creo que la música que ofrecemos es tan universal y al mismo tiempo espiritual, que es fácil de absorber para personas de diferentes culturas. Quizá porque es muy sincera y a la vez carece de subtextos... Habla de la historia, pero también del presente. De emociones, imágenes...
P.- ¿Qué papel cree que juega la música en la formación de la memoria colectiva en Polonia?
R.- La música es un elemento muy importante en la formación de la conciencia nacional. En el caso de mi banda, es una especie de puente entre el pasado y el presente. A menudo mostramos lo que fue, pero en el contexto de una mirada actual. En otras palabras, tratamos de presentar nuestro trabajo de manera que se mantenga la continuidad, que la vida siempre triunfe, a pesar de los destinos trágicos.
P.- ¿En qué proyectos futuros están trabajando? ¿Exploran nuevos estilos o colaboraciones que los entusiasman?
R.- Actualmente nos estamos preparando para lanzar un álbum con música de Krzysztof Komeda, entre otros, pero también preparamos un programa con la participación de la joven vocalista Maya Belsitzman. Hay muchos planes: en dos años la banda celebrará el 30º aniversario de su trayectoria artística.