El deshielo revela en Noruega un par de esquís prehistóricos

Arqueólogos glaciales han descubierto un segundo esquí prehistórico a escasos cinco metros del primero hallado en 2014 en Divergarden, una montaña del centro de Noruega. La pareja, datada en alrededor de 1300 años de antigüedad mediante análisis de radiocarbono, constituye el mejor par conservado de esquís prehistóricos conocido hasta la fecha, según han asegurado los investigadores del proyecto Secrets of the Ice del Museo de Historia Cultural de Oslo.
El hallazgo ha sido calificado de “revolucionario” por el codirector de la iniciativa, Lars Holger Pilo, quien subrayó que los esquís ofrecen una nueva comprensión de las formas de transporte, caza y adaptación humana en las altas montañas durante los rigores del invierno en la Edad del Hierro. “Gracias a su notable estado de conservación, incluidas las fijaciones, podemos crear réplicas precisas y experimentar cómo esquiaban nuestros antepasados”, explicó.
Cada esquí está fabricado con una madera distinta: uno de abedul y otro de pino. A pesar de sus diferencias, su cercanía geográfica y datación coincidente apuntan a que fueron utilizados como un par. Este dato ofrece pistas sobre la valoración y reutilización de materiales por parte de las comunidades que habitaban este agreste entorno montañoso por encima del límite arbóreo.
El hallazgo se produjo en una placa de hielo inmóvil, una de las zonas más prometedoras para la conservación de artefactos arqueológicos, frente a los glaciares en movimiento que tienden a dañar los restos. Las investigaciones combinan imágenes satelitales, fotografía aérea y conocimiento local para localizar los puntos más propicios antes de realizar campañas de excavación.
Los científicos advierten de que el rápido derretimiento del hielo glacial provocado por el calentamiento global está dejando al descubierto piezas que han permanecido ocultas durante siglos o milenios. Aunque el fenómeno representa una amenaza ecológica, también ofrece una ventana irrepetible al pasado humano y a su capacidad de adaptación frente a climas extremos.
“En muchos casos, el hielo hace el trabajo de excavación por nosotros”, señaló Pilo. No obstante, para extraer el segundo esquí fue necesario emplear herramientas manuales, como el picahielos, dada su localización más profunda.
Los hallazgos arqueológicos en el hielo noruego también permiten reconstruir los efectos de periodos de enfriamiento en el pasado, como la llamada Pequeña Edad de Hielo de la Antigüedad Tardía (535–660 d.C.). Según explicó Pilo, los habitantes de la región, ante las dificultades agrícolas derivadas del clima más frío, intensificaron la caza de renos, lo que se deduce del aumento de flechas perdidas encontradas en zonas glaciares.
Estos nuevos esquís, descubiertos en altitudes más elevadas de lo habitual, confirman que se realizaban desplazamientos invernales en alta montaña, desafiando la creencia extendida de que el esquí prehistórico se limitaba a zonas bajas para trayectos de fondo.