Un castillo de fuegos artificiales iluminó anoche el cielo de la capital, marcando el cierre oficial de las Fiestas de San Isidro tras una semana de celebraciones organizadas por el Ayuntamiento de Madrid. Según ha informado el Consistorio en un comunicado, miles de madrileños y visitantes participaron en las actividades programadas por el Área de Cultura, Turismo y Deporte.
Durante siete días, la ciudad se volcó con su patrón, San Isidro Labrador, con una amplia oferta de conciertos, bailes tradicionales, espectáculos familiares y actividades castizas que contaron con una alta afluencia de público de todas las edades. La variedad y la calidad de la programación volvieron a situar estas fiestas entre los eventos más esperados del calendario cultural madrileño.
El broche musical lo pusieron los grupos Modestia Aparte y Los Manolos en la Pradera de San Isidro, repasando sus grandes éxitos ante un público entregado. Simultáneamente, la Plaza Mayor vibró al ritmo de Los Brincos y la Orquesta Mondragón, ofreciendo una velada de nostalgia y energía.
Las Vistillas acogieron actuaciones de artistas castizos como Olga María Ramos y Mari Pepa de Chamberí, en una cita imprescindible para los amantes del cuplé y la música tradicional madrileña. Mientras tanto, Matadero Madrid se transformó en una gran verbena popular, con la Orquesta Maremagnum animando la jornada festiva.
El Ayuntamiento ha subrayado el “éxito de participación” y ha destacado la “variedad de propuestas musicales y culturales” como claves para que las Fiestas de San Isidro se consoliden, año tras año, como una celebración central en la vida de la ciudad.