Garrido garantiza la asistencia a drogodependientes en Valdemingómez

La Comunidad de Madrid ha garantizado la continuidad de la asistencia a personas drogodependientes en el poblado de Valdemingómez, en la Cañada Real, y ha anunciado que prevé la creación, junto con el Ayuntamiento de Madrid, de un centro de reducción de daño.
Así lo ha manifestado en la Asamblea de Madrid el Presidente del Gobierno regional, Ángel Garrido, en respuesta a la portavoz parlamentaria de Podemos, Lorena Ruiz-Huerta, quien ha criticado a la Consejería de Sanidad por no estar preparando un nuevo contrato para la continuidad, desde enero, del Servicio Móvil de Atención Sanitaria a la Drogodependencia.
Ruíz Huerta ha asegurado que para este servicio "imprescindible" en Valdemingómez el Gobierno regional no ha sacado el pliego de condiciones destinado a renovar el contrato del servicio, que gestionan la asociación Madrid Positivo y la Fundación Proyecto Hombre.
A su turno, el presidente Garrido ha respondido que la Comunidad de Madrid atiende cada año a 22.000 pacientes anuales con algún tipo de dependencia, que tiene 24 centros de atención integral a dependientes, un ambulatorio para prevención y tratamiento, y un centro de orientación socio-laboral.
Y ha citado también el Servicio Móvil que trabaja todos los días del año en la zona y del que ha afirmado que la Comunidad de Madrid sí está trabajando en la preparación del nuevo contrato "para garantizar que el servicio siga igual de operativo" a partir del 1 de enero de 2019.
Garrido ha recordado el "pacto histórico" de su Gobierno con el Ayuntamiento de Madrid para el desmantelamiento de La Cañada Real, que comporta -ha dicho- "una línea de actuación en materia social con medidas sanitarias" que garantizan el servicio ofrecido en la actualidad.
El presidente ha explicado que los gobiernos local y regional de Madrid estudian la creación en Valdemingómez de un centro de reducción de daño y otras medidas especificas para prevenir situaciones de violencia o de explotación de mujeres drogodependientes.
Lorena Ruiz-Huerta ha recordado que en ese lugar de Madrid unos dos centenares de personas viven en chabolas y en una situación "infrahumana" de pobreza, desnutrición, droga, prostitución y violencia.