“El accidente”, de Blanca Lacasa: el retrato y la obsesión de un amor imposible

“El accidente”, de Blanca Lacasa: el retrato y la obsesión de un amor imposible

Coincidir en el tiempo y en el espacio con esa persona que te marca para siempre: hay quien lo llama destino. Otros prefieren pensar que se trata de una simple casualidad, de una sucesión de hechos que se dan así, sin premeditación, por accidente. Blanca Lacasa (Madrid, 1972) juega con esa idea en su última novela, “El accidente” (Libros del Asteroide, 2025), una historia vibrante y obsesiva que arrastra al lector a un terreno emocional tan reconocible como incómodo: el del deseo contenido, la atracción que lo transforma todo y la imposibilidad —o el miedo— de llevarla a su desenlace lógico.

Lacasa construye en su primera novela de ficción una narración que no da tregua. Su ritmo es frenético, como los pensamientos de sus protagonistas. “El accidente” no deja espacio al silencio. No permite que la mente se frene ni que el lector descanse. Cada frase funciona como un latido más dentro de un corazón agitado. La historia se vuelve adictiva no tanto por lo que sucede, sino por cómo está contado: con urgencia, con belleza, con una extraña mezcla de nostalgia y ternura.

La novela narra el vínculo entre dos personas que, a pesar de tener pareja, sienten una atracción irrefrenable el uno por el otro. Se besan, se buscan, se rozan, se alejan, se prometen que no va a pasar nada… mientras todo está pasando ya. La tensión se respira en cada página, en cada gesto aparentemente casual, en cada frase que queda suspendida en el aire como una declaración no dicha. Y todo ello con una prosa fragmentada que recuerda al flujo de conciencia, donde lo importante no es tanto la acción como el pensamiento que la precede, la emoción que la empuja o la herida que la provoca.

Hay escenas que se quedan grabadas: un beso en el ascensor, una conversación entre bromas y confidencias que dura cinco horas, un mensaje enviado desde el baño de casa ajena. El lector es testigo de cómo esa relación a medio hacer se va transformando en algo que ninguno de los dos puede explicar completamente. Ni siquiera ellos lo entienden. ¿Qué están haciendo? ¿Están olvidándose? ¿Resistiéndose? ¿Esperando? En el fondo, lo único que saben con certeza es que no pueden deshacerse del otro. Que hay algo que persiste incluso cuando lo demás ha cambiado.

La fuerza del libro está, precisamente, en esa ambigüedad. En ese ir y venir constante. En ese “no pasa nada” que se repite como un mantra y que, sin embargo, lo dice todo. Porque “El accidente” no va de lo que sucede, sino de lo que queda suspendido, de lo que se calla, de lo que no llega a pasar, pero lo condiciona todo. Es una historia de silencios que gritan. De deseos que no se consuman. De finales que nunca se cierran del todo.

Con una escritura que parece dictada desde dentro del pecho, Lacasa consigue que la novela duela un poco. Su tono es tan íntimo que el lector tiene la sensación de estar espiando algo demasiado privado. A ratos, incluso, de estar leyendo sus propios pensamientos. El dolor del personaje femenino, su manera de racionalizar lo irracional, de buscar respuestas donde sabe que no las hay, conecta con cualquier lector que haya vivido alguna vez ese amor que no se concreta, pero tampoco se olvida.

Blanca Lacasa no escribe sobre el amor perfecto. Ni siquiera sobre el amor feliz. Escribe sobre el amor que descoloca, el que transforma, el que deja huella. Con una narrativa sencilla que refleja la obsesión de sus dos personajes, la autora es capaz de transmitir todo lo que ocurre en la mente de sus dos personajes que, por mucho que quieran intentarlo, saben que se están lanzando al abismo.

“El accidente” es, en definitiva, una historia escrita a golpe de emoción. Es el retrato de un vínculo imposible y, por eso mismo, inolvidable. Un relato de lo que se empieza y queda suspendido en el aire. De lo que duele y se desea al mismo tiempo. Un libro para leer con el corazón acelerado y la mente abierta a todo lo que no tiene respuesta. Porque, como sus propios personajes intuyen, hay cosas que no se explican. Solo se sienten. Solo se viven. Aunque sea por accidente.

@estaciondecult

 

Publish the Menu module to "offcanvas" position. Here you can publish other modules as well.
Learn More.