Iberdrola ha cerrado el primer trimestre de 2025 con un beneficio neto de 2.004 millones de euros. Esta cifra representa una disminución del 27,4% respecto al mismo periodo del año anterior, cuando la energética registró importantes plusvalías por la venta de activos en México.
Sin embargo, si se eliminan esos elementos extraordinarios, la ganancia neta ajustada refleja un incremento del 26%, lo que refuerza la solidez de su actividad ordinaria.
La compañía, presidida por Ignacio Sánchez Galán, ha confirmado su previsión de que el beneficio neto crecerá a doble dígito este año. Esta estimación tiene en cuenta el reconocimiento de costes pasados en Estados Unidos, ya incorporados en los resultados del primer trimestre.
Los ingresos totales de Iberdrola entre enero y marzo ascendieron a 12.864,7 millones de euros, un 1,46% más que en el mismo trimestre de 2024. El beneficio bruto de explotación (Ebitda) también experimentó una mejora, situándose en 4.643 millones de euros, lo que implica un alza del 12% respecto al año anterior, si se excluyen las desinversiones en generación térmica realizadas en 2024.
En materia de inversiones, la compañía ha destinado 17.300 millones de euros en los últimos doce meses, lo que supone un crecimiento del 44% respecto al periodo precedente. Solo en el primer trimestre, la inversión ascendió a 2.720 millones de euros, un 14% más interanual. El 65% de este importe se concentró en Estados Unidos y Reino Unido, consolidando así su estrategia internacional.
Las redes eléctricas absorbieron el 53% del total invertido en el primer trimestre, alcanzando los 1.432 millones de euros, un aumento del 18% frente a 2024. Este refuerzo ha permitido que los activos regulados del grupo hayan alcanzado los 49.000 millones de euros, con previsión de cierre del ejercicio en torno a los 51.000 millones tras la integración de ENW.
En cuanto al área de renovables, las inversiones fueron más selectivas y sumaron 1.064 millones de euros, un 7% más que en el mismo periodo del año anterior. De este montante, más del 50% se dirigió a proyectos de eólica marina, entre los que destacan East Anglia 2 y 3, en Reino Unido, y Vineyard Wind, en Estados Unidos. En total, la compañía ha instalado 2.600 megavatios renovables en los últimos doce meses, situando su capacidad total en 44.675 MW.
La generación renovable ascendió a 25.222 GWh entre enero y marzo, un 4,9% más, impulsada especialmente por el desempeño en Estados Unidos e Iberia. Iberdrola prevé poner en funcionamiento cerca de 4.000 MW renovables adicionales este año, con toda la energía comprometida en contratos para 2025.
Desde el punto de vista financiero, el flujo de caja operativo (FFO) alcanzó los 3.502 millones de euros, un 11% más que en 2024. El ratio FFO sobre deuda neta ajustada se sitúa en el 22,3%, y la compañía mantiene una liquidez de 20.905 millones de euros, suficiente para cubrir 19 meses de financiación. La deuda financiera neta ajustada se eleva a 55.685 millones, influida por la consolidación de ENW y la recompra de un bono híbrido.
Iberdrola ha afirmado que los nuevos aranceles tendrán un impacto mínimo en sus operaciones, ya que el 80% de sus compras provienen de proveedores locales y la totalidad de los contratos estratégicos en curso están asegurados. Se estima que los costes derivados de esta política no superarán el 1% del total invertido.
En lo que respecta a la política de dividendos, la empresa propondrá en la próxima junta de accionistas el pago de un dividendo complementario de 0,404 euros por acción, que se sumará a los 0,231 euros ya abonados en enero. Esto elevaría el dividendo total con cargo a 2024 en un 15% respecto al del ejercicio anterior, pudiendo alcanzar los 0,64 euros por acción si se logra un quórum del 70% en la asamblea.