No beber alcohol, hacer ejercicio, beber mucha agua... Éstas son sólo algunas de las recomendaciones que llevamos oyendo durante años sobre lo que debemos o no hacer, pero estudios actuales demuestran que no tenemos que seguirlas al pie de la letra, porque todas ellas tienen sus matices.
La demanda de alimentos sanos y ligeros ha crecido junto con las ventas en los últimos años. Sin embargo, el intento por eliminar tanto la 'grasa buena' como el omega-3 puede resultar perjudicial para nuestra salud.
El ácido que se encuentra en productos como el pescado y los frutos secos es esencial para el funcionamiento correcto del cerebro y del corazón, y en muchas ocasiones previene la artritis.
Vitaminas como la A, B, C, o D son necesarias para nuestro organismo, sin embargo, se ha demostrado que consumirlas como complementos alimenticios no es positivo para la salud. El exceso de hierro o magnesio puede llegar incluso a provocar la muerte en mujeres de avanzada edad.
Tomar la cantidad suficiente de frutas y verduras nos aporta todas las vitaminas necesarias, sin tener que recurrir a ningún suplemento más.
La mayoría de nutricionistas y médicos recomiendan el consumo de 1,5 litros de agua diarios, pero estudios actuales han demostrado que otras bebidas como té o café también aportan una gran cantidad de líquido, de manera que el agua se reparte mejor en nuestro cuerpo.
Así, el consumo excesivo de agua puede llegar a resultar malo para nuestra salud, ya que rebaja la concentración de sal en la sangre.
Comunicarse es algo esencial para las personas, pero cuidado, porque en ocasiones hablar sobre un problema, dándole vueltas una y otra vez, puede provocar estrés, ansiedad e incluso depresión.
Los especialistas recomiendan que la mejor manera de solucionarlo es centrarse en el problema.
Muchas son las personas que utilizan la primera hora del día para salir a correr, pero los especialistas recomiendan que el mejor momento para hacerlo es al medio día. De hecho, practicar ejercicio por la mañana puede debilitar el sistema inmunológico y abrir la puerta a las infecciones virales.
Cambiar un mojito por una bebida sin alcohol es considerado por muchos una medida saludable, sin embargo, puede que estemos equivocados.
Los cócteles están saturados de azúcar refinada que, según los investigadores, es tan destructivo y adictivo como el alcohol. La mejor recomendación es consumir zumos de frutas frescas, sin azúcares añadidos.
Desde hace muchos años las campañas de prevención del melanoma y el cáncer de piel son constantes. Y, aunque por supuesto la protección solar es muy importante, hay que tener en cuenta que la exposición a la luz UV es esencial, puesto que evita la carencia de vitamina D. Pasar cada día 10 minutos al sol (evitando las horas centrales) es bueno y saludable.