La señora Barcones aviva el fuego

 La señora Barcones aviva el fuego

Digo yo que Protección Civil, en esta hora de llanto y aflicción para tantos que han perdidos sus tierras, su ganado, sus hogares, su hábitat e incluso a algún ser querido, está precisamente para eso: para proteger a los ciudadanos de los daños que los desastres naturales causan.

Para poner en marcha planes de emergencia en los que trabajemos todos, Gobierno central, autonomías, ayuntamientos y la escasísima porción de sociedad civil que aún pervive a trancas y barrancas en este país. Pues no: resulta que la directora general de Protección Civil, doña Virginia Barcones, aprovechó su comparecencia ante la prensa no para dar datos y remedios, para anunciar ayudas y consuelo a los damnificados, sino, claro está, para acusar a las autonomías del PP por su gestión en los incendios. Bueno, más o menos lo que se está haciendo desde el PP con respecto a la actuación, o a la falta de ella, del Ejecutivo central.

Así no avanzamos nada. La señora Barcones, desde su puesto digamos que cuasi institucional, estaría obligada a mantener una neutralidad política ya viciada en origen por su militancia activa en el partido del Gobierno. Enzarzarnos en la eterna pelea de las dos Españas, ahora más desunidas que nunca , sea por los incendios, por una dana o por el COVID, no hace más que lastrar la eficacia de los rescates. Y los ciudadanos tenemos derecha a exigir esa eficacia, aún indemostrada.

Si esto que nos está ocurriendo en este agosto luctuoso no es una emergencia nacional, que venga Dios y lo vea. Vivimos en un país que, pese a lo que ocurre cada verano -este más que nunca, porque estábamos más distraídos que nunca--, dedica la mitad de presupuesto que Portugal o Grecia a la prevención y al combate contra los incendios. Un país cuya Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo llega a sugerir que podría haber "responsabilidades penales" en la pereza en la puesta en marcha de los planes de prevención que exige la ley. Yo podría aportar algún testimonio personal al respecto, y así lo haré en su momento.

Enzarzarse ahora en una polémica absurda sobre si debe o no declararse este estado de emergencia nacional en el nivel 3 de alerta y alarma es, simplemente, increíble. Que Protección Civil se lance a la eterna batalla política PSOE-PP, inconcebible, aunque ya nos vamos acostumbrando a que las instituciones que todos pagamos se diluyan en lo que vulgarmente podríamos llamar un politiqueo de baja estofa. Algún día habremos de aprender que ni las instituciones del Estado están para esto, ni los partidos políticos sirven exclusivamente para tirar basura al de enfrente, ni tenemos un Gobierno para sesear mientras España se quema. Ni merecemos una oposición que no sirva para agrupar a la sociedad civil en torno a causas mayores, y la proliferación de incendios, con decenas de miles de desalojados y cientos de miles de hectáreas quemadas, obviamente lo es.

Lejos de apagar los fuegos, personas como la señora Barcones los avivan sembrando la discordia, la polémica absurda y ralentizando la llegada de ayudas prometidas, como tantas veces ha ocurrido en tantas catástrofes en nuestro país, desde el terremoto de Lorca al volcán de La Palma, pasando, claro, por la Dana valenciana. No busquemos culpables que, si lo son, se debe a su inepcia; busquemos urgentemente remedios. Y a la señora Bascones, que lleva un cuarto de siglo ocupando cargos de la mano de su partido, que la cesen de una vez. Este país ya no está para reprimendas, ni para medias verdades, ni para 'y tú más'. Este país está, ya digo, en emergencia nacional, digan lo que digan las autoridades competentes en Gobierno y oposición.

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