45 minutos, para el balance triunfal; solo 15, para los periodistas

 45 minutos, para el balance triunfal; solo 15, para los periodistas

Rueda de prensa de 'final de temporada' de Pedro Sánchez.

Cuarenta y cinco minutos de balance triunfal y apenas quince minutos dedicados a cuatro preguntas permitidas a los periodistas, de ellos diecinueve segundos sobre la corrupción. No hubo margen para las sorpresas, ni para preguntas sobre temas como Santos Cerdán, una posible remodelación del Gobierno, o sobre la cuestión de confianza, o sobre un adelanto del Congreso del PSOE, ni... Fue, al menos desde mi punto de vista como periodista, por completo decepcionante. Casi me cuesta trabajo calificar la comparecencia presidencial con la etiqueta 'rueda de prensa'.

Se cumplieron las previsiones: anunció que sí presentará los Presupuestos para 2026, que serán unos Presupuestos más 'sociales', prometió que habrá ampliación de los permisos por nacimiento de un hijo, y reiteró, varias veces --hasta cinco, si no conté mal--, que agotará la Legislatura; o sea, que, sugirió, el rumbo de la cosa pública en todo caso no cambiará hasta el verano de 2027. De elecciones anticipadas, ni pensarlo, por supuesto. Eso fue todo. O casi.

Sánchez llegó sonriente, pero con evidentes ganas de terminar al trámite, en el que no abordó ninguno de los temas de los que se habla en la calle: los audios de Koldo, el regreso -o no-de Puigdemont, los traspiés del fiscal general, las críticas de sectores sociales específicos a varios ministros. Presentó a España como un país idílico: "cien millones de personas que nos van a visitar este año no pueden estar equivocadas", dijo. O también "nuestro país vive una de las épocas de mayor prosperidad de su historia democrática". Nada menos.

La verdad es que, en mi opinión, la rueda de prensa, con preguntas tasadas y, en cambio, autobombo sin límites, dio muy poco más de sí. Ni en lo informativo ni en lo valorativo. Ni siquiera a la hora de referirse a la muy difícil situación internacional que vivimos: "respaldo el acuerdo de la Unión Europea con Estados Unidos, pero sin entusiasmo", dijo, cuidándose muy mucho de criticar abiertamente a Trump y sin entrar a fondo en el contenido del pacto sobre aranceles al que llegaron el domingo Ursula von der Leyen y el presidente norteamericano.

Así que, como dijo el propio Sánchez: "no hay nada nuevo bajo el sol". Ni siquiera cambios lampedusianos, de esos que se hacen para que todo siga igual. Comprendo, escuchando luego a Feijoo, que, como se esperaba, la comparecencia presidencial no gustase a la oposición política. El presidente del PP anunció que, cuando llegue al poder, derogará una serie de leyes 'sanchistas', que no detalló.

Me parece que el vuelco tendrá que esperar hasta 2027. O eso es, al menos, lo que vaticina Sánchez. Lo cual no tiene, claro, por qué corresponderse con la realidad. Ni con la verdad. Como la comparecencia de este lunes final de curso ante los periodistas, que parecía cosa del metaverso, de realismo fantástico. ¿De veras es el país como lo diseñan nuestros representantes?

Publish the Menu module to "offcanvas" position. Here you can publish other modules as well.
Learn More.