“La vida es breve, etcétera” y eterna en los siete relatos de la italiana Veronica Raimo

“Empezó por casualidad y al final terminó como terminó”.

Los libros de relatos suelen contar con una característica que los hace profundamente atractivos: la expectación. Así como la cita del principio, se desarrollan sin mucho contexto, en un lugar y tiempo indeterminado todavía para quien acaba de entrar en ellos. A veces hablan en primera persona y a veces observan lo que ven en otras, con poco espacio para la introducción, el nudo y el desenlace. Juegan, efectivamente, con la expectación. Aquella que siente el lector que los descubre por primera vez y la que siente el o los protagonistas, que esperan el rumbo de su propia historia y ejecutan. Que esperan, pero, igualmente, ejecutan. 

Así ocurre con las mujeres de Veronica Raimo (Roma, 1978) en su nuevo libro, “La vida es breve, etcétera” (2025, Libros del Asteroide), un título sugerente que nos invita a entrar en lo que sucede entre esa brevedad y el “etcétera”. Con esta séptima publicación, la italiana regresa a las librerías españolas, donde ya debutó con la anterior, “Nada es verdad” (2022), de la mano de Libros del Asteroide. 

Dado el recibimiento de la novela, que consiguió el Premio Strega Giovani y el Premio Literario Viareggio-Rèpaci en su país de nacimiento y un éxito de ventas en España con la traducción de Carlos Gumpert, la editorial ha decidido apostar por este nuevo libro, el primero de relatos de la autora. Sus obras anteriores comprenden cinco novelas, Il dolore secondo Matteo (2007), Tutte le feste di domani (2013), Miden (2018), Niente di vero (2022), y un poemario, Le bambinacce (2019). También ha escrito el guion de la película Bella addormentata, dirigida por Marco Bellocchio, y ha traducido a escritores de la talla de F. Scott Fitzgerald, Ray Bradbury y Octavia E. Butler a lo largo de su trayectoria.

Con la novedad de este formato, Raimo consagra un estilo ágil, rebelde, desinhibido, directo y completamente emocional. Estos mismos rasgos definen a sus protagonistas: personas normales, que, pese a la irracionalidad de algunas situaciones, se enfrentan a ellas desde un prisma completamente auténtico, incluso aunque se perciban de manera opuesta. Desgarran sus emociones en lo que dicen, en lo que ocultan, en lo que hacen o en lo que no pueden dejar de hacer. Tan solo con unas pinceladas de sus historias, el lector se adentra en una amalgama de sentimientos que surgen desordenados, hilando recuerdos y regresando al presente, y que desembocan en un final aparentemente abrupto. Pero es que la vida es así, un momento breve y fugaz. 

Y, sin embargo, familia, parejas, terremotos emocionales y físicos atraviesan los capítulos. Melancolía, pena, rabia, confusión y envidia, a sus protagonistas. Las mujeres que retrata Veronica Raimo pueden describirse con listas de palabras, pero en ningún caso conceptualizarse bajo una sola. En las veinte páginas que ocupa cada historia y en las poco más de 140 que engloba el total del libro, son muchos los detalles que salpican del ingenio de Raimo. Algunos necesitan un entendimiento profundo del imaginario italiano y otros resuenan de manera universal, especialmente si eres mujer. Esta es una de esas características evidentes que destaca en los siete epígrafes: las narradoras son mujeres que desean algo, pero que se quedan enredadas en el propio planteamiento, con “preguntas suspendidas entre la retórica y la nostalgia”. 

Si responden o no a esos interrogantes, queda al servicio de la expectación. Porque otro de los puntos que une a estas historias, es que traspasan el punto y final. La trama se resuelve, no es necesario ahondar más. Pero, al mismo, tiempo, queda constancia de ese “etcétera”, que deja al lector siempre pendiente de más. 

Es un buen cuadro de cómo funciona la vida; es tan solo un momento, breve y fugaz. Pero también es unos puntos suspensivos, tres letras y un punto –etc.–, un “continuará”, eterno mientras dure.

@estaciondecult