La Comunidad de Madrid acusa al Gobierno de querer politizar el acceso a la alta función pública

La Comunidad de Madrid ha manifestado su rechazo frontal a la propuesta del Gobierno central para reformar el sistema de selección de altos funcionarios, al considerar que el nuevo modelo introduce criterios subjetivos que erosionan la objetividad y el mérito, pilares fundamentales de la función pública. Así lo ha expresado la consejera de Economía, Hacienda y Empleo, Rocío Albert, durante un encuentro mantenido con dirigentes de la Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado, que representa al 70 % del colectivo.
Albert ha denunciado que esta reforma, planteada para los cuerpos funcionariales de los subgrupos A-1 y A-2, supone en la práctica una rebaja sustancial en los conocimientos exigidos para el ingreso, lo que, en sus palabras, “disminuye el esfuerzo personal e intelectual para su preparación, facilitando así que, en lugar de talento, se atraiga mediocridad”.
La consejera ha afirmado que el modelo propuesto por el Ejecutivo introduce un procedimiento más lento, costoso y complejo, con menos garantías de imparcialidad, lo que pone en entredicho la calidad del servicio público. Desde la Comunidad de Madrid se entiende que este sistema no asegura que los empleados públicos de mayor rango posean los conocimientos técnicos y profesionales necesarios para desempeñar funciones tan relevantes como la inspección tributaria o la dirección de organismos de control.
En su intervención, Albert ha defendido el modelo actual basado en la exigencia, la preparación rigurosa y el mérito, señalando que su éxito y prestigio internacional son resultado de décadas de trabajo serio y profesional. "No nos extraña esta deriva cuando se analiza el nivel del ministro encargado de la Función Pública en España", ha añadido con severidad.