la Presidenta del Gobierno regional, Isabel Díaz Ayuso, ha afirmado este jueves que antes de condenar la Guerra Civil, es necesario “condenar su antesala”, que, a su juicio, se trata de “levantar un muro entre españoles para que haya que acabar con el otro”. Lo dijo durante la sesión de control al Gobierno en la Asamblea de Madrid, en respuesta a una pregunta de la portavoz de Más Madrid, Manuela Bergerot, quien había celebrado los 50 años de la muerte del dictador Francisco Franco.
Ayuso replicó de manera tajante, señalando que ella nació en democracia, en 1978, y que aprendió de aquellos españoles que “no querían ni una España ni la otra”, refiriéndose a los padres y abuelos que vivieron el franquismo, pero que nunca quisieron la guerra. “Hoy temen que volvamos a los males del guerracivilismo”, advirtió la presidenta, quien mostró su preocupación por el riesgo de retroceder a los peores episodios de la historia del país.
La presidenta también apeló a la “inmensa mayoría de españoles” que no quiere vivir divididos en “bandos guerracivilistas” y que desea avanzar hacia una convivencia pacífica y democrática, sin reavivar viejas divisiones.
En la misma sesión, Bergerot le cuestionó por qué no condenaba explícitamente la dictadura franquista, señalando diversos abusos cometidos durante ese régimen, como las torturas en la Puerta del Sol, los trabajos forzados en el Valle de los Caídos, los campos de concentración para personas LGTBI y las fosas comunes donde yacen más de 114.000 españoles.
Bergerot también ironizó sobre lo que considera un cambio de opinión de Ayuso, sugiriendo que “no tiene envidia de Falcon” (el avión presidencial), sino que tiene “envidia de Franco”. La portavoz de Más Madrid también criticó a la presidenta madrileña por calificar al Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de “dictador” por la creación de un registro de objetores al aborto, mientras no condena a Franco como dictador.
Ayuso respondió a esas acusaciones, recordando que siempre ha defendido la libertad, y que rechazar la guerra civil y el franquismo no debe implicar volver a dividir a la sociedad española en bandos. También aprovechó para subrayar que no extraña los tiempos de Franco, y que el argumento de que las mujeres debían viajar a Londres para abortar no tiene cabida en su discurso.
La presidenta concluyó su intervención con una crítica al enfoque de Más Madrid y su falta de condena del "guerracivilismo", defendiendo que lo que España necesita es avanzar en unidad y no revivir viejas disputas.