La Comunidad de Madrid ha rendido este viernes un emotivo homenaje a las víctimas del atentado terrorista perpetrado el 12 de abril de 1985 en el restaurante El Descanso, con motivo del 40º aniversario de uno de los episodios más trágicos de la historia reciente de la región. Con 18 fallecidos y más de 80 heridos, fue el primer atentado de origen yihadista cometido en España y el tercero más mortífero tras los ataques del 11 de marzo de 2004 en Madrid y el de Hipercor en Barcelona en 1987.
El acto ha estado presidido por el consejero de Presidencia, Justicia y Administración Local, Miguel Ángel García Martín, quien ha depositado un ramo de flores blancas en la puerta del antiguo establecimiento, situado en el distrito de Barajas, como muestra de respeto y recuerdo a las víctimas. “Siempre estaremos a vuestro lado y con la mano tendida para que no caiga en el olvido”, ha afirmado el consejero, insistiendo en la necesidad de “defender la dignidad de las víctimas para evitar que se olvide el daño de quienes han sufrido la lacra del terrorismo”.
Desde la aprobación en 2008 de la Ley de Protección, Reconocimiento y Memoria de las Víctimas del Terrorismo, la Comunidad de Madrid ha destinado más de 90 millones de euros en ayudas y medidas de acompañamiento hasta el año 2024. Este compromiso, según ha recordado el propio García Martín, se verá próximamente reforzado con una reforma legislativa.
El Ejecutivo regional impulsará una modificación de la normativa vigente para que todas las víctimas que hayan recibido la indemnización estatal perciban, además, un complemento del 30% por parte de la Comunidad. Este anuncio, hecho público esta misma semana durante los Desayunos Madrid organizados por EuropaPress, refuerza el compromiso institucional con el reconocimiento justo y duradero a quienes han padecido las consecuencias del terrorismo.
El atentado de El Descanso, perpetrado con un artefacto explosivo colocado en el interior del restaurante frecuentado por militares estadounidenses, conmocionó a la sociedad española y reveló por primera vez la amenaza del terrorismo yihadista en suelo nacional. Cuatro décadas después, las autoridades regionales han reiterado la importancia de mantener viva la memoria de los afectados y de preservar su legado frente a cualquier intento de banalización o desmemoria.