Café de Oriente: tres décadas de historia en Madrid

Pensar en el Café de Oriente significa pensar en la historia de Madrid. Situado en la Plaza de Oriente, frente al Palacio Real, este café ofrece unas espectaculares vistas al Palacio y a los jardines que componen la plaza. El Café de Oriente cuenta con el espacio de cafetería abierto al público, varios salones privados y una amplia terraza. Parte del interior del café data del siglo XVII, donde estaba ubicado el Convento de San Gil, que da nombre a uno de sus salones. La estética del salón, los ladrillos, el mármol y la tapicería, evoca a la estética propia de la época barroca.
Luis Lezama, dueño del café, comenzó su andadura profesional en El Alabardero, otro de los cafés del Grupo Lezama, cerca de la Plaza de Oriente, en 1974. Pero no fue hasta 1983 cuando decidió abrir una cafetería-restaurante en la Plaza de Oriente, que entonces carecía de este tipo de establecimientos. La idea de Lezama fue abrir un café de estilo vienés, muy acorde con el entorno, y de ahí nace el Café de Oriente. La decoración del café, asemejando el siglo XVII, hace pensar que lleva abierto muchos más años de los que realmente lleva. Ese es uno de los logros del Café de Oriente: evocar al visitante a la época del siglo XVII.
El mayor cambio que ha experimentado el Café de Oriente desde sus inicios ha sido culinario. El café otorga una gran importancia a la calidad de sus productos, y también a la forma de cocinarlos. El Café de Oriente cuenta con dos personas que acuden diariamente a Mercamadrid. Los lunes, miércoles y viernes compran pescado, mientras que martes y jueves adquieren frutas y verduras. De esta forma confeccionan el menú diariamente con una oferta de cocina clásica, pero con productos de gran calidad, bajo la supervisión del Jefe de cocina, Roberto Hierro. Los meses de verano son óptimos para el Café de Oriente. Con el buen tiempo, tanto madrileños como turistas acuden a las terrazas del café durante la época de vacaciones. De esta forma, el Café de Oriente explota uno de sus principales atractivos: las vistas desde la terraza al Palacio Real y a la Plaza de Oriente.
Otro de los grandes puntos de interés del Café de Oriente es la atención que dan al personal que trabaja allí. Los 56 trabajadores que hay actualmente reciben una formación o 'training' tanto para aprender los aspectos culinarios como para trabajar en sala. También aprenden idiomas; el sumiller cata una vez al mes nuevos productos; se les enseñan normas de protocolo; y fomentan a los trabajadores. Además, el café cuenta con una amplia cantera en la Escuela de Hostelería de Sevilla, en funcionamiento desde 1992. La Escuela tiene cerca de 350 alumnos anuales que realizan sus prácticas en los diferentes establecimientos del grupo. Además, el grupo ofrece una serie de cursos online impartidos por los profesionales que trabajan en los establecimientos.
El Café de Oriente es un sitio ideal para organizar distintos eventos. Los más habituales son los desayunos y almuerzos que organizan las empresas para amenizar las reuniones. Para este tipo de eventos el café dispone de un menú degustación mensual, cuyo precio ronda los 38 euros. Los platos que ofrece el café son diseñados por el equipo de cocina liderado por Roberto Hierro, que innova a través de una cocina de experimentación.
Salones privados
El interior del Café de Oriente alberga cuatro salones privados distintos, cada uno con una historia particular. El Salón de la Abuela es uno de los más grandes, y debe su nombre a Asunción, abuela de Luis Lezama, presidente del Grupo Lezama y dueño del Café de Oriente. Los muebles que componen este salón son muebles regios. La estancia cuenta con varios modelos de sillas, ya que en la época de la 'abuela Asun' las mesas se componían de sillas de distintos modelos. La mesa, dispuesta en horizontal, es la más grande de todos los salones, y tiene capacidad para 14 comensales. En una de las paredes se puede ver un cuadro de la abuela de Lezama, que da nombre al salón.
Otro de los cuatro salones privados con los que cuenta el café es el Salón del Rey, cuya nomenclatura se debe a las visitas que Don Juan Carlos de Borbón, durante su reinado, hacía al café. Don Juan Carlos solicitó poder tener un comedor privado en el café, y de esa petición surgió el Salón del Rey. El salón tiene una mesa redonda de cristal para ocho personas, apoyada en un capitel invertido a modo de pie. Siguiendo la tradición de su padre, el Rey Felipe VI visitará posiblemente el salón del Café de Oriente.
El Salón de San Gil debe su nombre al Convento de San Gil, un emplazamiento que en el siglo XVII era un convento de monjes, y donde actualmente está el Café de Oriente. Este salón es, junto con el Salón de la Abuela, el de mayor tamaño. En él hay varias mesas pequeñas, de dos a cuatro comensales, bajo la pared de ladrillo original. Por último, el Salón de Chinchón, ubicado entre los Salones de San Gil y del Rey, debe su nombre a Luis Lezama, dueño del Café. El presidente estuvo varios años viviendo en la localidad madrileña de Chinchón, donde ejercía su profesión de cura. El Salón de Chinchón cuenta con una única mesa de mármol horizontal, dispuesta para cuatro comensales, y situada entre dos aparadores de madera. Los Salones del Rey, de Chinchón y de San Gil están ubicados en habitáculos originales del convento de San Gil, del siglo XVII, cuyas paredes son de ladrillo, en la parte inferior del café. En la actualidad estos salones están en el subsuelo; sin embargo, el convento original estaba situado al mismo nivel de la Plaza de Oriente.
Clientes habituales
La clientela habitual del Café de Oriente es bastante variada. La media de edad del cliente habitual está entre los 38 y los 60 años, aunque también suele acudir gente más joven por las noches. Como todos los cafés míticos de Madrid, el Café de Oriente también cuenta con personalidades célebres asiduas a él. El dibujante Antonio Mingote fue el cliente más asiduo del Café de Oriente, y siempre se sentaba en la mesa nº 9.
Enrique Tierno Galván, 'El viejo Profesor' fue otro cliente habitual del Café de Oriente. Todos los sábados que iba a trabajar al Ayuntamiento desayunaba en el café. El Papa Juan Pablo II, las cuatro veces que visitó Madrid, acudió también al Café de Oriente. Lo mismo hizo el Papa Benedicto XVI durante su estancia en Madrid con motivo de la celebración de las Jornadas Mundiales de la Juventud en el año 2011. Además, políticos, futbolistas o toreros suelen visitar frecuentemente el Café de Oriente. Los clientes extranjeros del Café de Oriente son entre el 20 y el 30% de la clientela habitual. Por lo tanto, aunque no son los mayoritarios, constituyen un tipo importante de clientes. Los consumidores extranjeros que más acuden al café son americanos, ingleses, noruegos y rusos. Estos últimos están empezando a ser muy frecuentes en Madrid.
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