Feijóo acusa a Sánchez de gobernar con “mordidas y audios” y promete una oposición firme

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha cargado duramente contra Pedro Sánchez tras el balance del curso político presentado este lunes por el Presidente del Gobierno desde el Palacio de La Moncloa, al que ha calificado de “mitin” y ha acusado de ser un ejercicio más de propaganda que de rendición de cuentas. A juicio de Feijóo, Sánchez dirige un Ejecutivo débil, rodeado por la corrupción y carente de toda credibilidad.
Durante su intervención ante el Comité Ejecutivo del PP, celebrado en la sede nacional de la calle Génova, Feijóo ha reprochado al jefe del Ejecutivo su intento de aparentar fortaleza cuando, según sus palabras, carece de mayoría parlamentaria, de palabra, de presupuestos y de vergüenza. El líder popular ha lamentado que el país esté gobernado por un presidente que, en su opinión, ha degradado las instituciones y la imagen internacional de España mientras se mantiene en el poder a base de escándalos y engaños.
Feijóo ha ironizado con la aparente normalidad del Gobierno, afirmando que lo único que le queda a Sánchez es “corrupción, mordidas y audios”. Para el dirigente gallego, la legislatura no ofrece más expectativa que la de conocer “el próximo escándalo” en una cadena de episodios que, según ha señalado, siempre resultan peores que los anteriores.
En referencia directa al llamado caso Koldo, Feijóo ha recordado que Sánchez fue quien dio acceso al dinero público a “una manada de sinvergüenzas” de la que no se separó ni para alcanzar el poder ni para ejercerlo. Entre los aludidos se encuentran figuras relevantes del PSOE como el exministro José Luis Ábalos y el exsecretario de Organización Santos Cerdán.
Ante este escenario, Feijóo ha asegurado que el Partido Popular ejercerá una oposición “a su medida”, sin caer en el juego del “todos son iguales”. Ha rechazado cualquier posibilidad de respaldo a un Ejecutivo que, en sus palabras, no está en condiciones de ser ayudado, sino únicamente vigilado desde el Parlamento y derrotado en las urnas cuando llegue el momento.