El Hospital de Torrejón ha implementado la terapia asistida con animales en el tratamiento de los pacientes ingresados en su Unidad de Psiquiatría.
Esta intervención complementaria, realizada en formato grupal, ha sido aplicada "con éxito" en niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA), personas con discapacidad psíquica y adultos mayores con síntomas depresivos, según ha comunicado el Ayuntamiento de Torrejón en una nota de prensa emitida este martes.
Tras observar los efectos positivos de esta terapia, especialmente en el grupo de personas mayores, el servicio de Psiquiatría y Salud Mental del hospital, bajo la dirección de la doctora Helena Díaz Moreno, ha decidido ampliar el alcance de su aplicación para explorar nuevos objetivos terapéuticos.
"Desde hace más de diez años, hemos incorporado la terapia asistida con animales en el tratamiento de pacientes psiquiátricos. Es una herramienta que, en conjunto con los tratamientos convencionales, utilizamos para obtener mejores resultados. Nos enfocamos más allá de los síntomas, centrándonos en la funcionalidad", ha manifestado Díaz.
Nuevas perspectivas en el tratamiento psiquiátrico La doctora ha subrayado que alrededor de 175 pacientes han participado en el programa dirigido a personas mayores, logrando casi un 40% de altas. "Esto se debe a que trabajamos no solo con los síntomas depresivos y de ansiedad, que son nuestro 'leitmotiv', sino también con la actividad motora, las relaciones sociales, la capacidad cognitiva y el entusiasmo", ha añadido.
Las sesiones, que son de carácter voluntario, se llevan a cabo cada dos semanas en grupos los martes por la mañana, con una duración de una hora y media. "Contamos con pacientes diagnosticados con trastornos de personalidad, de conducta alimentaria, psicóticos o afectivos... El único elemento común es su ingreso en la Unidad de Agudos, pero todos sienten que esta terapia les otorga un valor añadido", ha señalado la doctora.
Entre los beneficios de esta terapia, destaca la capacidad de reunir a pacientes con diferentes diagnósticos en un mismo espacio, promoviendo así el efecto motor del grupo.
Díaz ha afirmado que estas sesiones generan un fenómeno interesante: "Muchos pacientes que tienen dificultades para hablar de sus problemas de manera individual, de repente, en grupo, no encuentran inconvenientes para expresarse, especialmente si es el perro quien les ofrece la oportunidad y el espacio para comunicarse", ha enfatizado.