Carlos Novillo, consejero de Medio Ambiente, ha presentado en Berzosa del Lozoya los resultados del proyecto Biocistus 4.0, desarrollado por el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA).
Tras cinco años de estudio, se ha concluido que el cultivo de la jara negra (Cistus ladanifer) es altamente rentable en la Sierra Norte de Madrid, principalmente gracias a la mecanización de la cosecha y la implementación de tecnologías avanzadas.
La jara negra, que permite la extracción de productos de alta pureza y valor añadido, se ha revelado como una fuente económica prometedora para la región. Los extractos obtenidos de esta planta son especialmente valorados en sectores como la perfumería, cosmética, farmacéutica y la producción animal, debido a sus propiedades únicas.
Uno de los productos derivados más destacados es la goma o ládano, conocida por su capacidad como fijador con un aroma similar al ámbar gris. Asimismo, el aceite esencial de la jara negra es apreciado por sus cualidades astringentes, fotoprotectoras, cicatrizantes y biocidas, lo que lo hace ideal para su uso en cremas de belleza destinadas a mejorar la apariencia de la piel, eliminar manchas y reparar daños.
Como ejemplo del potencial de estos productos, el IMIDRA ha desarrollado una crema a base de hidrolato de la jara negra que no solo fija perfumes sino que también actúa como calmante y antimanchas, promoviendo un tratamiento eficaz para la piel.