¿Y si Ábalos fuera del PP?

Cuando observo a los honestos ministros de Pedro I, El Mentiroso, denunciar -con una mezcla de repugnancia y de dolor- el lío en que les está metiendo el PP, me pongo a cavilar en la posibilidad maquiavélica de que el PP -tan torpe en la asignatura de comunicación- haya podido urdir una trama que no se le hubiera ocurrido, ni a Simenon, ni a Ágata Christie, ni a Raymond Chandler.
Confieso que el que más me conmueve es Óscar Lopez, cuando se queja, lastimosamente, del lío en que les ha metido el PP. Como no creo que tenga tanto talento como Héctor Alterio para interpretar un papel, empiezo a convencerme a mí mismo de que esa seriedad en el rostro, esa perfecta expresión para dar el pésame a una viuda, incluso ese aviso de dolor que, al pronto, puede parecer consecuencia de un estreñimiento, llega a conmoverme. Además, pienso que es uno de los ministros más inteligentes, y ahí está el detalle de que, cuando les preguntan por la falsa noticia del atentado con bomba lapa contra Pedro I, El Mentiroso, expresa sus dudas de que eso sea falso, y muestra su desconfianza con prudencia política, porque no rechaza que sea una mentira urdida por la derechona, pero tampoco reconoce la falsedad de la noticia.
Quién sabe si, Pedro I, El Mentiroso, celoso de su talento, no lo ha nombrado candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid, esperando que no pueda con esas mayorías de Isabel Ayuso. Pero ¡ojo! una persona, con esa especial sensibilidad para la sospecha, igual proporciona el gran asombro, la sorpresa inesperada. Estaba yo calculando la habilidad del PP paran hacernos urdir esta complicada trama, cuando una intuición se abrió camino en mi modesto cerebro, ante esta hipótesis que está convenciendo a todos los españoles: ¿Y si Ábalos fuera un topo del PP?. Sí, parece increíble, pero también parecía increíble que el hermano de una persona con tanto inteligencia como Pedro I, El Mentiroso, se haya mostrado como lo que seguramente no es: un torpe en los interrogatorios, y un vago. Puede parecer increíble, pero igual, incluso Leire Díez, la gran periodista de investigación, que disimula su exquisitez con maneras rudas, no es otra cosa que un topo de la derechona. Definitivamente ya han pasado los tiempos en los que el asesino era el mayordomo. Al menos para el PSOE.