De la visita de Borges a la Barcelona de los 80 a “El combate interminable” de Juan José Flores

De la visita de Borges a la Barcelona de los 80 a “El combate interminable” de Juan José Flores

De Cervantes a Galdós, un recurso propio de la literatura española ha sido el de incorporar fantasiosamente a literatos como protagonistas de algunas obras.

Esta práctica se puede documentar en la más antigua tradición novelística y, como un eslabón más de esta cadena, nos encontramos con “El combate interminable” (Navona, 2022) de Juan José Flores (Barcelona, 1955); en esta obra se recrea la visita del escritor Jorge Luis Borges a la ciudad de Barcelona en 1980. Borges en este año ganó el prestigioso Premio Cervantes junto a Gerardo Diego y en su estancia en la ciudad condal mantuvo contacto con diferentes personalidades; Flores, sin embargo, se centra en la relación de Borges con German Valdés, su chófer. A lo largo de esa visita a Barcelona ambos comparten una fluida conversación en la que intercambian pasiones entre las que destaca la devoción del conductor por el boxeo, profesión que el conductor había practicado anteriormente. En el autor argentino se despierta un interés abrumador por la historia del chófer-boxeador y por las razones de su decisión de bajarse del ring.


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Como escritor Borges ha demostrado su propensión a enamorarse de ciertos personajes que, al menos en una primera impresión, no tenían ningún rasgo extraordinario; así se comporta el Borges ficcionado de esta novela con la postura que adopta ante German Valdés. Su pasión como boxeador y su admiración por Josep Gironés lo llevan a aceptar decisiones drásticas como la de su retirada, actitud similar que toma en las novelas del autor argentino el héroe trágico. La obra de Juan José Flores se posiciona del lado legendario de la literatura borgiana con la que conecta “El combate interminable”. Sin embargo, mediante una narración fulgente permite cuestionar la importancia que tiene el éxito y la lucha con la vida que, como así menciona el título, es un combate.

En esta novela el lector cuenta con un alto componente metaliterario que invita a una lectura donde otros géneros como el de la poesía adquieren cierta relevancia. Para el autor existe un potencial notable en el género poético de Borges, donde se puede apreciar esa lucha, cuerpo a cuerpo, a la que el boxeo hace referencia. La apelación a distintos géneros en la narración, así como la confluencia con narraciones paralelas, como la de Samuel, un joven sonámbulo que sueña con ser submarinista sitúa la obra de Flores como una novela de indudable calidad.

A lo largo de la obra se menciona la actitud coleccionista, la pasión por las artes, la fotografía y la lectura de diferentes obras o publicaciones. Esta unión de distintas prácticas permite al lector comprender cómo la percepción de la belleza del arte varía según los puntos de vista. La pasión de un barbero por la recopilación de fotografías se opone a la de un boxeador apasionado por el ring, lo que plantea que esta oposición en gustos u opiniones pueda trasladarse a la manera en que se afrontan las adversidades de la vida. Frente al “combate interminable” siempre habrá un alto componente de idiosincrasia personal.

Itziar Pintado @estaciondecult

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