Elegir un seguro de salud puede convertirse en una tarea complicada.
Las listas de espera interminables y la necesidad de rapidez empujan cada vez a más españoles hacia la elección de un seguro privado. Sin embargo, a la hora de elegir un seguro de salud debemos considerar varias cuestiones, como los copagos, las primas, las carencias y los cuadros médicos. Por ello, esta guía te explica cómo elegir un seguro de salud de forma acertada y sin contratiempos.
Uno de los aspectos más valorados por los asegurados es tener acceso directo a los diferentes especialistas. Algunas pólizas funcionan mediante un filtro, el cual primero debe pasar por el médico de cabecera; otras, en cambio, permiten acudir directamente al especialista.
Conviene comprobar si se incluyen pruebas como resonancias magnéticas o TAC, ya que estas suelen tener un coste elevado. Además, es recomendable investigar si la hospitalización tiene límite de días y si las cirugías se cubren por completo.
La cobertura de maternidad cubre los gastos relacionados con el embarazo, el parto, la atención al recién nacido y el posparto. En estos casos, hay que tener en cuenta los períodos de carencia, en cuyos casos se establece un intervalo de espera desde la contratación hasta poder tener acceso a los servicios que ofrece la póliza.
En cuanto a pediatría, es importante tener en cuenta la disponibilidad real de pediatras, así como la accesibilidad a centros que incluyan servicio de urgencias y de especialistas infantiles.
En un seguro con copago, se paga una pequeña cantidad cada vez que se accede a algún servicio médico. Esta opción tiene primas más bajas, es decir, la cantidad total de dinero que se destina al seguro es menor. Por otro lado, las pólizas sin copago elevan la cuota fija, pero evitan gastos imprevistos cada vez que se accede a algún servicio de la póliza.
Es común que las aseguradoras pidan un cuestionario de salud antes de firmar. Preguntan por enfermedades o lesiones previas conocidas como preexistencias y que pueden ser motivo de un incremento en la póliza.
Son cada vez más las aseguradoras que incluyen en sus servicios la telemedicina, la receta electrónica o las autorizaciones online. Estas opciones pueden marcar la diferencia a la hora de elegir una aseguradora u otra.
No existe el mejor seguro para todos, sino el más adecuado para cada perfil. Por un lado, los jóvenes prefieren optar por la rapidez en las citas, tener un acceso más directo a los diferentes especialistas y apps de telemedicina. En cuanto a las familias, estas priorizan una buena cobertura en pediatría, servicio 24 horas y hospitalización. En cambio, los autónomos necesitan cuadros médicos amplios y flexibles, mientras que a partir de los 55 años pesan más la hospitalización, los copagos controlados y la estabilización en las primas. Comparar con calma y teniendo acceso a la máxima información posible garantiza poder hacer la mejor elección posible de seguro.