Mensajeros de la Paz, organización presidida por el Padre Ángel, ha defendido la conversión de la conocida como Catedral de Justo, en Mejorada del Campo, en un centro social abierto a distintas confesiones religiosas. Desde la entidad afirman que cualquier persona, con independencia de su fe, puede encontrar en este espacio un lugar digno para la oración.
La edificación fue iniciada el 12 de octubre de 1961 por Justo Gallego, un vecino profundamente creyente que dedicó más de sesenta años de su vida a construir, de forma autodidacta y casi en solitario, un templo como ofrenda a la Virgen del Pilar. Esta promesa personal fue fruto de su recuperación de una tuberculosis que le obligó a abandonar el monasterio donde había ingresado en su juventud. La catedral, tal y como él la concebía, tenía un sentido inequívocamente católico y mariano.
Desde su fallecimiento en 2021, a los 96 años, la gestión del recinto ha pasado a manos de Mensajeros de la Paz, que ha redefinido su uso como centro comunitario, cultural y espiritual. Si bien no se trata de un templo consagrado ni cuenta con reconocimiento oficial por parte de la Iglesia, la organización ha impulsado iniciativas dirigidas a otras confesiones, sin modificar los símbolos católicos ya existentes.
Entre esas iniciativas destaca la habilitación, hace un año, de un espacio de oración interreligioso en un anexo no central del edificio, a petición de la comunidad musulmana local. Esta comunidad se había quedado sin lugar para el rezo, y el nuevo espacio fue concebido como una solución provisional. Desde Mensajeros se asegura que no se han recibido quejas vecinales formales, si bien la medida ha suscitado cierto malestar entre quienes consideran que este uso dista del propósito original del edificio.
La organización añade que también se han destinado otros espacios a confesiones abrahámicas como una sinagoga o una sala para comunidades cristianas no católicas, aunque sin actividad regular en la actualidad. El conjunto de estas iniciativas, según la entidad, responde al objetivo de fomentar el respeto mutuo entre tradiciones sin alterar el carácter simbólico de la obra.
La transformación del edificio en centro interreligioso marca una notable diferencia respecto a la voluntad de Justo Gallego, que siempre expresó el deseo de que su construcción sirviera como templo católico dedicado a la Virgen del Pilar. Su motivación fue estrictamente religiosa y personal, profundamente vinculada a la fe mariana y al agradecimiento por su curación.
Mensajeros de la Paz mantiene que la gestión del recinto se lleva a cabo desde el respeto al legado de Justo, destacando su valor como símbolo de fe y esfuerzo personal. La organización ha subrayado su buena relación con las parroquias de Mejorada del Campo y Cáritas, y afirma que la mayoría de los visitantes valoran positivamente la apertura del lugar como espacio de acogida.
No obstante, el contraste entre el proyecto inicial de Justo Gallego y la orientación actual promovida por Mensajeros refleja un cambio de enfoque que no pasa desapercibido para parte de quienes conocen la historia del edificio y la firme convicción de su creador.