Este 8 de octubre ha tenido lugar la entrega de los Premios Sociales de la Fundación Mapfre en el Gran Casino de Madrid a las 12:00 horas. Estos premios, que sirven como reconocimiento del compromiso, la generosidad y la solidaridad tanto de personas como de organizaciones que han contribuido en la mejora de la sociedad, se enmarcan en el contexto del 50 aniversario de la Fundación.
En esta edición se han presentado un total de 1.125 candidaturas procedentes de diversos países. No obstante, solamente han sido cuatro los premiados, que han recibido una compensación económica de 40.000 euros. En esta ocasión, además de las tres categorías que se premian cada año (“Premio a la mejor entidad por su trayectoria social”, “Premio a toda una vida profesional” y “Premio al mejor proyecto o iniciativa por su impacto social”) se ha convocado el “XII premio Internacional de seguro Julio Castelo Matrán”, de carácter bienal, que pone el foco en proyectos científicos que fomentan la cultura aseguradora y la previsión social.
Como en los años anteriores, los premios han sido presididos por Su Majestad la Reina Doña Sofía, a quien el público presente recibió en pie. La acompañaban la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, y el presidente de la Fundación MAPFRE, Antonio Huertas. La ceremonia comenzó con el discurso de este último, que no dudó en resaltar la importancia de que haya “referentes” cuyas “contribuciones se conozcan y puedan servir de ejemplo”, ya que, como Huertas comenta, la labor de mejorar El Mundo es una tarea en la cual todos debemos contribuir.
Tras una breve presentación y un vídeo en el que se reconocía su trabajo, el primero en recoger su galardón fue Alejandro Izuzquiza, que recibió el “XII premio Internacional de seguro Julio Castelo Matrán” por su investigación “La colaboración público-privada en el sistema asegurador español: el Consorcio de Compensación de Seguros y la gestión de las indemnizaciones en el seguro de riesgos extraordinarios”. En ella señala la eficacia del modelo español, que garantiza respuestas rápidas y coordinadas ante catástrofes; en un sistema que evita esperas, desinformación y conflictos, y que beneficia a miles de damnificados.
Además, también se reconoció la trayectoria profesional de Izuzquiza, exdirector de operaciones del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), que señaló, muy agradecido a la Fundación, que este reconocimiento era “el mejor broche de oro [...] tras 44 años dedicados a la defensa de los intereses generales en el sector público, a la protección de los asegurados y a la colaboración y buen entendimiento entre el seguro público y el seguro privado”.
A continuación, se entregó el “Premio al mejor proyecto o iniciativa por su impacto social” a “100.000 pisos para jugar”. El objetivo de este proyecto es sustituir suelos de tierra por suelos de hormigón en 100.000 viviendas de América Latina y el Caribe antes de 2028 para mejorar la calidad de vida de quienes viven en estas condiciones. De hecho, en República Dominicana ya se han instalado 3.200 pisos en 120 comunidades, lo que ha beneficiado a 9.927 personas.
Ha recogido el galardón Cesarina Fabián, directora nacional de Hábitat para la Humanidad República Dominicana, la entidad que impulsa la iniciativa junto con la Federación Interamericana del Cemento. En su discurso, Fabián destacó la importancia de que todas las personas tengan “un lugar digno y seguro para vivir”.
Juan Manuel B. Gómez, presidente nacional e internacional de la Confederación Internacional de la Sociedad de San Vicente de Paúl (SSVP), ha recogido el “Premio a la mejor entidad por su trayectoria social”. Hoy en día, esta entidad cuenta con más de dos millones de voluntarios en 155 territorios que cada año ayudan a 30 millones de personas en situación de vulnerabilidad en áreas como vivienda, salud, educación, empleo y emergencias. Concretamente, en España desarrolla más de 240 proyectos que benefician a 156.000 al año y colabora con Cáritas y Cruz Roja.
Por último, en un momento cargado de emoción, el maestro Joao Carlos Martins recogió el “Premio a toda una vida profesional José Manuel Martínez Martínez”. Nacido en Brasil en 1940, Martins es un pianista y director de orquesta que ha sido reconocido como uno de los mejores intérpretes de Johan Sebastian Bach, cuya obra para teclado ha grabado completa. Sin embargo, su carrera como pianista se vio interrumpida por lesiones y una enfermedad neurológica hasta 2019, cuando —después de haberse dedicado a la dirección de orquestas— pudo volver a tocar gracias a unos guantes biónicos. En 2006 creó la Fundación Bachiana, cuyo propósito es acercar la música y la educación artística a jóvenes en situación vulnerable, lo que refleja su propósito de “democratizar” y acercar la música a todo el mundo, pues, como indicó, “la música transforma, salva y cambia vidas”.
En su discurso, el maestro compartió con el público un consejo que le había dado Salvador Dalí hacía años: “Dile a todo el mundo que eres el mayor intérprete de Bach, y algún día lo creerán”. A sus 85 años, tras haber pasado por más de 30 cirugías, Martins ha afirmado que su vida no trata de “superación, sino de determinación”. Después de haber agradecido a la fundación y a su país, terminó su discurso emocionado y el público le regaló una fuerte ovación.
Después de una hora, la ceremonia puso el broche de oro con una actuación musical de ópera “a cappella” y el discurso de la ministra Elma Saiz, que agradeció uno a uno a todos los premiados y subrayó que “la excelencia y la empatía pueden y deben caminar siempre juntas”.