“Em” por Kim Thúy, las diferentes destilaciones de amar

“Em” por Kim Thúy, las diferentes destilaciones de amar

Kim Thúy (Saigón, 1968) todavía no goza de renombre en España, pero sin duda debería ser una escritora reconocida, tanto por su historia personal, como por su manera de narrarla. Con 10 años –mientras nosotros comíamos helados con los amigos en el pueblo de la abuela– ella huyó en patera de su Vietnam natal, con sus padres y sus dos hermanos. Llegaron hasta un campo de refugiados en Malasia.

En 1978 se mudó a Canadá donde terminó sus estudios universitarios. Ejerció la abogacía unos años, además de realizar trabajos como traductora, intérprete, costurera y dedicarse a la crítica gastronómica en radio y televisión. Se puede decir que supo cómo buscarse la vida lejos de sus raíces. Actualmente reside en Montreal y es escritora. Su primera novela “Ru”, –inspirada en su propia experiencia de refugiada vietnamita– tuvo un gran éxito internacional y fue traducida a más de 25 idiomas. En España fue publicada por la editorial Alfaguara en 2010 y, en 2020, se editó en Periférica. Después, esta misma editorial ha publicado otras novelas suyas: “Mân” (2016) y “Vi:Una mujer minúscula” (2018). Todos sus libros comparten parecidos entre sus protagonistas pues se narra la vida de los emigrados vietnamitas en Canadá y el posterior regreso a su tierra. “Em” (Periférica) es su última novela. Tiene pocas páginas, pero todas ellas muy profundas. Casi cada capítulo podría tener su propio párrafo en esta reseña porque cada testimonio es un superviviente que merece ser conocido.

La palabra “em”, que da título al libro, está en vietnamita, como casi todos los títulos de Kim Thúy. En la primera página la escritora explica el significado. Se utiliza para “designar al hermano o hermana menor de una familia; o al más joven, de dos amigos o amigas, o a la mujer de una pareja”. Lo bello de esta definición es la que hace la propia autora porque para ella “em” es “el homónimo del imperativo del verbo amar en francés: “Aime. Em, Aime”. “Ama. Amemos. Amad”. Es fascinante, que según Thúy, un libro que trata de la guerra de Vietnam debe empezar con la palabra amor. Porque el amor es la base de todo lo que somos. 

El pueblo vietnamita

Suena muy lejano. No se trata de la erupción de Cumbre Vieja o del Etna que toca los perímetros de nuestra realidad, sino de un pueblo que está a alrededor de 10.000 km de nosotros. Su estilo de vida y cultura se alejan de las occidentales, sin embargo, aunque no lo parezca, su historia comparte más semejanzas de las que creemos con la nuestra. Los desencadenantes de los enfrentamientos bélicos son distintos, pero las guerras en su conjunto son todas iguales: se acaba matando a gente inocente en medio de intereses políticos. 

“Em”, la cuarta y última novela de Thúy traducida del francés, comienza presentando las fuerzas externas que impactan sobre las familias unidas por sangre o por elección durante la Guerra de Vietnam. A partir de capítulos cortos hace un recorrido breve de la historia del pueblo vietnamita. Empieza con información sobre el caucho de látex y la Guerra Fría y sigue con la narrativa de un elenco de personajes que incluye al propietario de una plantación de caucho francés, huérfanos mestizos, soldados e inmigrantes emprendedores, mientras estos navegan por la guerra y sus consecuencias. Los libros de Thúy no se entienden sin conocer su vida, como tampoco comprendemos nuestro presente sin conocer el pasado.

El amor

En el fondo hay más amor en la guerra que en cualquier otra circunstancia. Los protagonistas de “Em” son personas valientes que, ante todo lo demás, apuestan por el amor. La niñera que acoge a Tâm cuando matan a sus padres. El huérfano Louis que salva a un bebé, al que llama Em Hòng, abandonado en la calle. Los taxistas que llevan a los niños con la señora Naomi, la fundadora de orfanatos, para que no mueran de frío. Este libro es un “todos para uno y uno para todos”, la bondad entre los ciudadanos civiles como la máxima expresión del amor contra la aversión de los que se creen poderosos y se dedican a pisar a los que creen más débiles. ¿Cómo es posible que en un libro que trate de la guerra de Vietnam aparezca el amor como tema principal? La primera definición en la RAE de la palabra “guerra” es “desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias”. El problema de la guerra de Vietnam es que la paz se rompe entre un territorio propio, no entre “dos o más potencias”. Un mismo país y cultura se enfrentan para satisfacer las necesidades de otras potencias mundiales. La primera definición en la RAE de “amor” es “sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser”. Por eso la guerra y el amor se complementan y se rechazan al mismo tiempo. Porque en la guerra hay mucha más gente necesitada de amor y protección y porque esta es el acto más violento contra el querer a los demás. Se Mata porque se parte “de la propia insuficiencia” que se convierte en maldad, egoísmo y causas perdidas. Matar es perder la fe en el amor. Es mantener una creencia falsa y egoísta en el poder y en el rencor. Matar inocentes es odiar la vida; lo que es lo mismo que darle la espalda al amor. La guerra es más de lo mismo: un odio corrupto construido políticamente. Pero, al fin y al cabo, el desprecio es la antesala del amor. Cuando el odio desaparece, el amor se muestra, pues había estado ahí siempre, esperando en silencio, sigilosamente, para ser visto y sentido. 

La portada original del libro 

portada original em kim thuy

“Em” es una humanización de la guerra. La autora dice que este libro se ha ido fraguando a lo largo de los años, con encuentros y testimonios que ha escuchado. Queriendo humanizar este conflicto, la novela vincula las líneas generales de la guerra de Vietnam con las historias de las personas que la vivieron. La trama comienza en los campos de caucho y llega a mujeres vietnamitas desde salones de uñas hasta la operación estadounidense “Babylift”. El propósito de esto era evacuar a los niños huérfanos nacidos de la unión entre soldados estadounidenses y mujeres vietnamitas. A medida que se lee, los hilos se unen y todo se conecta, como los de la portada original del libro, creada por el artista Louis Boudreault. En estos hilos se esconde el sentido de esta novela: dibujar la línea de la vida de los abandonados.

No es un libro para “mantita y chimenea” ni mucho menos, pero sí para una noche de insomnio. Es duro porque la realidad es dura. Es intenso porque la guerra mata con intensidad. Es tierno porque el amor por los prójimos produce una especial ternura. Es salvación porque los testigos de estas brutalidades son supervivientes.

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