El 59% de los madrileños ya usa transporte público con frecuencia

El número de madrileños que utiliza de forma habitual el transporte público ha aumentado en un 10% desde finales de 2022, pasando del 54% al 59% en 2024, según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Este incremento significativo coincide con la aplicación de una rebaja del 60% en los billetes y abonos, una medida que el Gobierno regional puso en marcha para fomentar una movilidad más sostenible.
La capital mantiene su liderazgo en la utilización de los distintos modos de transporte público. Un 45% de los madrileños usa el metro con regularidad, frente al 28% registrado en otras grandes ciudades como Barcelona. En el caso del autobús urbano, el uso alcanza al 41% de los residentes, y en los servicios de cercanías, al 28%. El autobús interurbano también registra una alta demanda, con un 23% de usuarios habituales, consolidando a Madrid como la región más dependiente del transporte colectivo.
También crece el número de madrileños que se desplaza habitualmente a pie, del 83% en 2022 al 87% en 2024. Sin embargo, a diferencia de otras regiones, el uso del vehículo privado no ha disminuido, sino que ha aumentado ligeramente del 72% al 73%. Este dato se explica, según la OCU, por la mayor distancia media que recorren los ciudadanos para ir a trabajar, cifrada en 21 kilómetros, muy por encima de otras provincias.
A pesar del aumento en la demanda, la encuesta refleja un grado de insatisfacción general con aspectos clave del servicio. Los usuarios madrileños consideran que la puntualidad y el estado de las infraestructuras apenas alcanzan el aprobado. Además, reclaman una mejora en la frecuencia de paso y en la cobertura de zonas periféricas. Aunque la rebaja de precios ha sido bien acogida, la OCU advierte que “es solo un primer paso” y que la calidad debe ir de la mano de la accesibilidad económica.
Respecto a los medios alternativos, la bicicleta sigue siendo un modo de transporte residual en Madrid. Solo un 9% de los madrileños la utiliza de manera habitual, frente a más del 40% que considera que debería promoverse su uso prioritario. El motivo principal de este bajo uso es la falta de infraestructura adecuada: solo un 23% de los residentes considera suficientes los carriles bici existentes. La OCU insiste en la necesidad de diseñar redes ciclistas seguras, continuas y separadas del tráfico para que este medio se convierta en una opción real para la movilidad diaria.