La Comunidad de Madrid reparte folletos en viviendas sociales para prevenir el consumo de drogas

La Comunidad de Madrid ha comenzado este lunes el reparto de 15.000 dípticos informativos en los pisos gestionados por la Agencia de Vivienda Social (AVS), en el marco de una campaña de concienciación dirigida a fomentar entornos vecinales y familiares libres del consumo de drogas. Esta actuación se enmarca dentro del plan regional contra las drogas, una iniciativa estratégica impulsada por el Gobierno autonómico el pasado año, que pone el acento en la prevención y sensibilización sobre los riesgos del uso de sustancias adictivas.
Plan Regional contra las Drogas: coordinación y enfoque integralEste Plan, dotado con 200 millones de euros, contempla un total de 75 medidas estructuradas en torno a cuatro grandes ejes: asistencia y atención, reinserción, vigilancia y monitorización. Nueve consejerías del Ejecutivo madrileño participan en su desarrollo, reforzando así un enfoque coordinado y transversal ante una problemática que afecta tanto a la salud pública como a la convivencia ciudadana.
Detección temprana y señales de alerta en el entorno cercanoEl folleto, elaborado por la Consejería de Vivienda, Transportes e Infraestructuras, de la que depende la AVS, ofrece pautas para identificar posibles casos de consumo de drogas en el entorno inmediato. Se detallan signos físicos como ojos enrojecidos, pupilas dilatadas, cambios en el apetito o en la memoria, así como conductas que pueden alertar de un problema, como el aislamiento social o comportamientos inusuales. También se enumeran elementos materiales como la presencia de objetos asociados al consumo, olores extraños o el uso desmedido de ambientadores.
Consejo institucional y compromiso con la seguridad vecinalLa AVS recomienda que, ante la sospecha de consumo de estupefacientes, los vecinos se dirijan a profesionales cualificados para recibir orientación, y contacten con las autoridades competentes. La agencia subraya que la presencia de drogas en el ámbito comunitario no solo pone en riesgo la salud, sino que puede derivar en conflictos, actos violentos y daños en las zonas comunes, comprometiendo la seguridad y la armonía entre los residentes.