El organismo internacional advierte de niveles catastróficos de inseguridad alimentaria en la Franja, con más de 62.000 muertos desde el inicio de la ofensiva israelí
La Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC), respaldada por Naciones Unidas, ha declarado este viernes de forma oficial la existencia de hambruna en la gobernación de Gaza, situada en las zonas centro y norte de la Franja. Esta decisión responde al cumplimiento de los parámetros que definen la fase más grave —la fase 5— en la escala internacional de inseguridad alimentaria.
El informe emitido por la Comisión de Revisión de la Hambruna confirma que se han alcanzado los criterios técnicos que determinan la declaración formal de hambruna, lo que implica un grado extremo de desnutrición aguda, mortalidad elevada y escasez de alimentos generalizada en la zona afectada.
La situación, ya crítica, podría deteriorarse aún más en las próximas semanas en otras zonas de la Franja, como Deir al Balá y Jan Yunis, donde se teme que los indicadores humanitarios superen los actuales niveles, ya considerados “catastróficos”, según advierte el documento.
El agravamiento de la crisis alimentaria se relaciona directamente con la ofensiva militar israelí en curso, que ha dejado más de 62.100 muertos en menos de dos años, según datos recogidos por las agencias humanitarias internacionales. El bloqueo prolongado y la destrucción de infraestructuras esenciales agravan aún más el acceso a alimentos básicos y servicios de salud.
Las condiciones de vida en Gaza se han visto deterioradas por el cierre de pasos fronterizos, la interrupción del suministro humanitario y los ataques a instalaciones clave, como hospitales, almacenes de alimentos y puntos de distribución de ayuda. Todo ello ha contribuido a una situación que la ONU califica de “inhumana y extremadamente urgente”.
La comunidad internacional, a través de distintas agencias y organizaciones no gubernamentales, ha reiterado sus llamamientos para un alto el fuego inmediato y un acceso sin restricciones a la ayuda humanitaria, como paso imprescindible para evitar una catástrofe mayor.
El informe del IPC no solo documenta el colapso alimentario en Gaza, sino que alerta sobre la posibilidad de que el riesgo de hambruna se extienda a otras áreas densamente pobladas si no se toman medidas inmediatas de socorro y protección de los civiles.
En este contexto, el secretario general de Naciones Unidas ha instado a los países con capacidad diplomática a redoblar los esfuerzos para lograr un corredor humanitario eficaz y seguro, capaz de garantizar el suministro constante de víveres, agua potable, medicamentos y combustible.
Las agencias de la ONU y sus socios humanitarios han activado mecanismos de respuesta de emergencia, aunque advierten de que sin una solución política al conflicto, cualquier esfuerzo asistencial será insuficiente para detener la tragedia humanitaria en curso.