Madrid abrirá una nueva sala de consumo supervisado de drogas en Cañada Real

Madrid contará nuevamente con una sala de consumo supervisado de drogas, situada en la Cañada Real, trece años después del cierre de la última, conocida como 'narcosala' de las Barranquillas. Estas instalaciones permiten el consumo de drogas ilegales bajo la supervisión de personal cualificado, con el objetivo de reducir los daños asociados y prevenir sobredosis.
La nueva sala formará parte del Centro de Reducción del Daño en personas con adicciones, inaugurado por Madrid Salud en octubre de 2019 y operativo todo el año. A diferencia de otras salas en España que permiten el consumo de sustancias inhaladas, esta se centrará exclusivamente en supervisar el consumo intravenoso. Los usuarios recibirán atención y asesoramiento sanitario para evitar prácticas inseguras, como la falta de higiene, que pueden tener consecuencias negativas para la salud pública.
El centro también tendrá funciones educativas con el propósito de "sensibilizar e informar sobre prácticas de riesgo y protección ante la transmisión de enfermedades, motivar el cambio a vías de consumo menos peligrosas y reducir el consumo en la vía pública". Asimismo, se realizarán pruebas rápidas para detectar enfermedades transmisibles.
Madrid fue pionera en España al abrir una sala de consumo supervisado en el año 2000 en el barrio de las Barranquillas, pero esta cerró en 2011 debido al Plan de Erradicación del Chabolismo del Ayuntamiento. Tras el cierre, usuarios del servicio solicitaron una nueva ubicación en zonas con altos niveles de drogadicción, demanda que finalmente se atenderá en la Cañada Real.
Según el último informe de la Agencia de la Unión Europea sobre Drogas (EUDA), actualmente existen 80 salas de consumo supervisado en Europa, de las cuales 16 están en España, distribuidas entre Cataluña y el País Vasco desde el cierre de la sala en Madrid. La EUDA detalla que en estas salas, los clientes consumen sus propias drogas bajo la supervisión de personal capacitado que ofrece asesoramiento sobre prácticas de inyección seguras y monitoriza a los usuarios para detectar signos de sobredosis o problemas graves.
La primera sala de consumo supervisado en Europa abrió en 1986 en Berna, Suiza, y desde entonces se han expandido por todo el continente.
La nueva sala en Madrid es parte del plan de ampliación del Centro de Reducción del Daño y prevención de sobredosis para personas con adicciones en Cañada Real. Este proyecto cuenta con un presupuesto de 1,7 millones de euros y una duración inicial de dos años, prorrogables por otros tres, según anunció Inma Sanz, vicealcaldesa de Madrid, delegada de Seguridad y Emergencias y portavoz municipal, en rueda de prensa.