Felipe VI elogia al Papa Francisco por su legado de fraternidad y diálogo

El Rey Felipe VI ha expresado su profundo pesar, así como el de la Reina Letizia, por el fallecimiento del Papa Francisco, destacando su legado como referente espiritual y moral marcado por el amor al prójimo, la fraternidad y el compromiso con la justicia social.
En un telegrama dirigido al cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, el monarca ha hecho llegar en nombre propio, del Gobierno y del pueblo español "el testimonio de nuestro más sentido pesar" por la pérdida del Pontífice.
El mensaje del Rey subraya el testimonio de vida que dejó Francisco a lo largo de su pontificado, destacando "la importancia que para el mundo de nuestro siglo tienen el amor al prójimo, la fraternidad y la amistad social". En sus palabras, el Papa argentino deja tras de sí una huella que continuará sirviendo de guía, especialmente por "su convicción de la necesidad de llevar ánimo y consuelo a los más pobres y necesitados".
Felipe VI ha querido poner en valor el papel que jugó Francisco como impulsor del diálogo y el consenso como herramientas imprescindibles para la construcción de "un mundo más justo y solidario". El monarca ha asegurado que su figura seguirá inspirando por la fuerza moral de sus convicciones y la ejemplaridad con la que promovió la dignidad humana, la paz y la reconciliación entre los pueblos.
La misiva concluye con la expresión del "afecto" de la Familia Real y su "pésame", junto a las oraciones por el eterno descanso del Pontífice.
Don Felipe y doña Letizia, entonces Príncipes de Asturias, participaron en la misa de inicio del pontificado de Francisco el 19 de marzo de 2013. Un año después, ya como Reyes, fueron recibidos en audiencia por el Santo Padre en el Vaticano, el 30 de junio de 2014, apenas dos semanas después de la proclamación de Felipe VI como Rey de España. Fue su primer viaje oficial al extranjero como soberanos.
Asimismo, el Papa Francisco recibió en audiencia privada al Rey emérito Juan Carlos I y a la Reina Sofía en abril de 2014, tras su asistencia a la canonización de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II. Estos gestos de cercanía institucional reflejan el profundo respeto entre la Casa Real española y la Santa Sede, que se ha mantenido durante todo el pontificado del Papa argentino.