España fue el país de la OTAN que menos invirtió en Defensa en 2024

España fue el país de la OTAN que menos porcentaje de su Producto Interior Bruto (PIB) destinó a gasto militar durante 2024, con una inversión del 1,24%, por debajo incluso de Eslovenia, Luxemburgo y Bélgica. Así lo recoge el informe anual del secretario general aliado, Mark Rutte, en el que se alerta de las crecientes exigencias de inversión en defensa en el seno de la Alianza Atlántica.
A pesar de que la previsión inicial estimaba que España alcanzaría un 1,28% del PIB, la cifra final se ha situado aún más abajo, consolidando la posición tradicionalmente rezagada del país en materia de defensa. En total, nueve aliados no alcanzaron el umbral del 2% establecido en la cumbre de Gales de 2014, entre ellos también potencias como Italia (1,5%) o Canadá (1,45%).
Este resultado contrasta con la tendencia general de aumento del gasto militar en el bloque europeo de la OTAN, que experimentó en 2024 una subida del 19,4%, la mayor registrada hasta la fecha y que marca el décimo año consecutivo de incremento. En total, 22 países alcanzaron o superaron el objetivo, en un contexto de creciente tensión geopolítica y demandas de mayor esfuerzo compartido.
Ante este escenario, el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado esta misma semana un nuevo paquete presupuestario por valor de 10.471 millones de euros con el objetivo de alcanzar el 2% del PIB en gasto en seguridad y defensa ya en 2025. El anuncio supone una aceleración notable respecto al calendario inicialmente previsto por el Ejecutivo, que situaba ese objetivo en el año 2029.
La decisión se enmarca en las negociaciones previas a la cumbre de líderes de la OTAN prevista para junio en La Haya, en la que se espera que todos los aliados reafirmen su compromiso con la defensa colectiva. Según ha advertido el propio secretario general de la OTAN, el neerlandés Mark Rutte, se baraja la posibilidad de elevar el listón de inversión más allá del 2% actual, con algunas voces como Estados Unidos que reclaman un esfuerzo del 5% del PIB en defensa.
El cambio de rumbo del Gobierno español responde también a la presión creciente desde Washington, que insiste en la necesidad de que Europa asuma una mayor carga en el sostenimiento de la defensa común. Este debate ha ganado peso a raíz del conflicto en Ucrania y del refuerzo de la postura estratégica de la OTAN frente a las amenazas de Rusia, Irán o China.
El informe de la OTAN recuerda que el compromiso del 2% no es simbólico, sino una meta mínima para garantizar la preparación operativa y la modernización de las Fuerzas Armadas. En este sentido, se percibe una creciente voluntad por parte de las principales capitales europeas de elevar sus presupuestos, aunque no sin fricciones políticas y resistencia interna en varios países.