“Ceniza en la boca”: dolor, ausencia y discriminación de la mano de Brenda Navarro 

“Seis segundos y un cuerpo estrellándose contra el suelo”. Estas son las palabras que pronuncia la protagonista de “Ceniza en la boca” (Sexto Piso, 2022) tras el suicidio de su hermano Diego.

En esta obra Brenda Navarro (México, 1982) presenta la historia de una joven que presencia cómo su hermano se precipita desde un quinto piso, imagen que permanecerá en su mente para siempre. La vida que ambos han atravesado no ha sido justa y ha llevado a estos dos hermanos a plantearse si hay vidas que merecen la pena y cuánto pesa el vivir. La juventud en su tierra natal, México, un cambio de país con estancia en Madrid, el abandono materno, son las diferentes etapas que se interponen en la vida de estos jóvenes protagonistas. En la historia se van sucediendo una serie de acontecimientos que, tanto la protagonista como el lector, intuyen como motivos de la pérdida de Diego. Es una novela de separación y abandono, marcada por una tragedia que lleva a una niña a replantearse la injusticia que acompaña su vida. Pero tras la pérdida se produce la vuelta a la vida, la valentía de una mujer joven a enfrentarse a las situaciones más descarnadas que acompañan a problemas como la xenofobia y las desigualdades sociales. 

Brenda Navarro ha irrumpido de nuevo en nuestra literatura con una novela vertebrada en forma de monólogo interior. “Ceniza en la boca” además de una narración ficticia es una reflexión ante las diferentes asperezas de la vida, con la muerte y el abandono como puntos claves en la obra. Tras estas líneas se unen los aspectos más duros de unos personajes que no encuentran su lugar fuera de casa, pero tampoco se sienten parte de la sociedad que los vio nacer. 

Es un relato amable y humano, aunque encierra una cierta ironía que se sale de las líneas estéticas con las que la novela comienza. La autora no teme describir la violencia ni el carácter racista de una sociedad ajena o la experiencia de la maternidad, desde el punto de vista de dos jóvenes abandonados. “Ceniza en la boca” es una mirada valiente ante las circunstancias que acontecen a estos protagonistas. La autora presenta el conflicto de forma directa haciéndolo suyo y normalizando los acontecimientos más arduos de la vida, pero también con un mensaje implícito ante la regularización de un trabajo como es el del ámbito del hogar. Es una historia de injusticias, pesimista, pero de aprendizaje y empatía ante la iniquidad.

Brenda Navarro selecciona estas situaciones para unirlas ante una reivindicación de la falta de aceptación del conflicto. Ya en el comienzo de la narración el lector puede conocer explícitamente los temas que se tratarán a lo largo de toda la obra. Es una prosa caracterizada por el desorden de unos pensamientos y sentimientos fáciles de identificar. Pese a la variedad de contenido y al USO de expresiones propias de la lengua mexicana, la lectura es fluida gracias a la capacidad de Navarro de estructurar toda su sabiduría. La ironía está latente, alcanza el humor en sus revelaciones, pero siempre con un carácter pesimista ante la pérdida de la identidad y ante una vida que no nos pertenece del todo. 

La vida como falta de pertenencia 

Otro de los puntos centrales de “Ceniza en la boca” es el planteamiento principal de la obra: hasta qué punto la vida es solo nuestra y no también de los demás. El primer acontecimiento que marca la vida de la protagonista lleva a plantearse cuánta responsabilidad tienen aquellos que nos rodean en los actos que conducen nuestra vida. En esta línea, también se plantea la idea de pertenencia y el vacío que la pérdida deja.  Lo que sin duda la autora consigue es darle un sentido a su obra siendo capaz de romper las barreras de los problemas mentales, de las preocupaciones y de las alteraciones que provocan un triste desenlace en la vida.