El empresario Elon Musk ha anunciado la venta de la red social X, anteriormente conocida como Twitter, a su propia compañía de Inteligencia Artificial xAI. La operación, valorada en 45.000 millones de dólares —unos 41.160 millones de euros al cambio actual—, incluye 12.000 millones en deuda, según ha comunicado el propio Musk a través de su cuenta en la plataforma.
Musk ha precisado que la transacción se enmarca en una estrategia de integración total entre ambas compañías, valorando a xAI en 80.000 millones de dólares (aproximadamente 73.940 millones de euros) y a X en 33.000 millones (unos 30.500 millones de euros). Según el magnate, esta combinación permitirá aprovechar el “inmenso potencial” que representa unir el alcance masivo de la red social con las capacidades técnicas de vanguardia desarrolladas por su firma de inteligencia artificial.
En palabras del propio Musk, “los futuros de xAI y X están entrelazados”. La nueva entidad compartirá datos, modelos de IA, capacidad de cómputo, canales de distribución y equipos técnicos, en lo que se perfila como una integración estratégica para desarrollar experiencias más inteligentes y significativas para los usuarios. Musk ha insistido en que el objetivo último sigue siendo el de “buscar la verdad y hacer avanzar el conocimiento”.
La compañía fusionada promete ofrecer nuevas funcionalidades, gracias a la sinergia entre los modelos desarrollados por xAI —como el chatbot Grok— y el contenido generado por los usuarios de X. Desde su implantación en la red social, Grok ha sido alimentado con información obtenida directamente de la plataforma, lo que ha permitido una mejora continua de sus respuestas e interacciones.
El consejero delegado de Tesla y SpaceX considera que esta integración no solo incrementará la competitividad de xAI frente a otras tecnológicas del sector, como OpenAI, sino que además contribuirá al progreso humano. Según ha declarado, la nueva entidad “no se limitará a reflejar el mundo, sino que lo acelerará activamente”.
La decisión de Musk se enmarca en una estrategia más amplia de reorganización empresarial iniciada tras la adquisición de Twitter en octubre de 2022 por 44.000 millones de dólares. Desde entonces, ha impulsado una transformación radical de la plataforma, eliminando directivos, modificando contratos y reorientando su funcionamiento hacia un modelo centrado en la integración tecnológica y la monetización de servicios basados en inteligencia artificial.