La legionela, una preocupación más

La legionela es una bacteria que se encuentra presente en todas las fuentes acuáticas: aguas superficiales de lagos, ríos, estanques, aguas termales.
Aunque en estos emplazamientos no es peligrosa, se convierte en perjudicial cuando entra en sistemas de agua potable, y empieza a reproducirse. La bacteria normalmente entra en los pulmones cuando una persona respira el vaho mientras se ducha.
De esta forma, la legionela puede causar una forma mortífera de neumonía que se conoce como legionelosis o enfermedad del legionario. Esta enfermedad se presenta como una infección pulmonar con fiebre alta. Su tratamiento es la toma de antibióticos.
Los síntomas son los de una neumonía: tos, fiebre y dificultad para respirar. Una prueba de orina confirma si el microorganismo que ha provocado la infección es la legionela. El período de incubación suele situarse entre los 8 y los 10 días.
El contagio se produce por torres de refrigeración u otras instalaciones que contengan agua templada (entre 20 y 45 grados), donde es muy posible que se multiplique. El frío y el calor extremo imposibilitan su reproducción, por lo que poco frecuente encontrarla en condiciones ambientales naturales. No se contagia de persona a persona.
El microbio puede expandirse dentro de los sistemas de abastecimiento de las ciudades y penetrar en la red de distribución de agua. De este modo, llega a instalaciones que producen aerosoles tales como duchas, spas, jacuzzis, los humidificadores de los hospitales y fuentes ornamentales. Si estos lugares se encuentran sucios, y además el agua se estanca, esto favorece la multiplicación de las bacterias.
La opinión de diversos expertos es que debería existir un censo con los posibles focos contaminantes, además de medidas extremas de mantenimiento. Ello implica una limpieza constante y un seguimiento periódico.
La Comunidad de Madrid ha impulsado un protocolo de control y vigilancia de la legionelosis, esto se debe a la existencia de 25 posibles casos desarrollados en diferentes pacientes ingresados en diversos hospitales de la región. Para ello, se debe elaborar una encuesta epidemiológica, y disponer de la posible relación entre los pacientes afectados (como su lugar de residencia, o zonas frecuentadas) así como el reconocimiento de las instalaciones de riesgo para conocer sus condiciones higiénico-sanitarias, sobre todo en torres de refrigeración o sistemas de refrigeración evaporativa.