Cómo embalar paquetes al hacer envíos
Cuando vamos a hacer envío siempre debemos tomarnos todo el tiempo necesario para embalarlo de manera correcta, pues de ello depende que llegue bien al destino.
De hecho, se puede decir que el embalaje es lo que permite que las diferentes mercancías viajen por medio mundo sin apenas daños, lo que parece casi imposible al ver por todas las manos que pasan antes de llegar a su destino.
Hay que escoger un material adecuado
Lo primero es optar por un material que sea adecuado al envío que vamos a hacer, aunque lo cierto es que casi siempre se opta por una caja de cartón que tenemos en casa, de los paquetes que nos llegan a nosotros.
Dependiendo de lo que vayamos a mandar, también podemos elegir sobres de papel grueso con burbujas, sobres de materiales plásticos, etc., y los especialistas incluso ofrecen contenedores específicos. Por ejemplo, hay cajas destinadas al envío de libros que protegen la encuadernación y también cajas para las botellas, con separaciones internas que evitan que estas choquen entre sí.
El interior de la caja debe estar preparado
Antes de meter lo que vamos a mandar, la caja tiene que estar vacía. Una vez que la mercancía está dentro, llega la hora de rellenar los huecos. Eso hará que el embalaje sea más fuerte y que el artículo que hay en su interior no se mueva, estando más protegido.
Una de las causas de que los productos lleguen al destino rotos es que no paran de moverse dentro de la caja, lo cual evitamos si la rellenamos con papel
Es necesario envolver los artículos
En el momento en el que embalamos aquello que vamos a enviar, debemos pensar que nada es suficiente y ponernos en lo peor, así que también envolvemos el contenido de la caja de forma individual.
Nos podemos ayudar de plástico de burbujas reciclado, de alguno de los envíos que recibamos y, una vez envueltas las mercancías, fijamos el plástico con un trozo de celo con la idea de que no se suelte.
Debemos reforzar la caja con cinta de embalaje
Las cajas de cartón tienen tendencia a abrirse o a romperse por los laterales. Por eso, siempre hay que reforzar estas partes con cinta de embalaje ancha, llegando a dar varias vueltas en las zonas en las que vemos que es más débil. En algunos casos, lo que se hace es envolver por completo la caja en cinta, lo que le da una mayor resistencia y a la vez la protege contra el agua, pues las cintas son de una especie de material plástico.
Si optamos por esta última opción, hay que tener la precaución de dejar la etiqueta para el último momento, poniéndola encima de la cinta si esta no es transparente.
Embalar de manera correcta un paquete es garantía de que su contenido llegará bien al destino. Al hacerlo, debemos pensar en que no va a ser tratado con mucha deferencia, por lo que hay que esmerarse a la hora de protegerlo, pues ese poco tiempo nos ahorrará disgustos y reclamaciones.
