Esperanza Aguirre, una de las grandes

Por sorpresa y casi a contramano, ha dimitido Esperanza Aguirre. Después de volver a vapulear a la oposición en el último debate sobre el estado de la Región y, aunque ella diga lo contrario, esta misma mañana decidió presentar su dimisión.
Es posible que lo tuviera pensado desde hace mucho tiempo a casusa de su enfermedad y de su familia, pero es casi seguro que el repente lo tuvo esta misma mañana. Ella siempre ha sido así. El corazón le ha mandado sobre la cabeza. Su corazón tenía siempre razones que la razón no entendía. Y hoy ha vuelto a hacerlo. Otra vez ha sido ella y ha dimitido sin encomendarse a Dios o al Diablo. Como ha vivido sus 36 años de vida política. Haciendo lo que quería y cuando quería.
Esperanza Aguirre ha sido la política más odiada de la izquierda, la más atacada e, incluso, la más vilipendiada... Pero también ha sido la más querida por la gente porque ella, mejor que nadie, ha demostrado que, en democracia, hay que distinguir la opinión pública de la opinión publicada. Y la opinión pública, la que cuenta en las elecciones, siempre se manifestaba en las urnas a su favor. Sin hacer caso a la opinión publicada que depende de intereses de todo tipo, algunos espurios. Y es que Esperanza constantemente decía y hacía lo que pensaban los ciudadanos de la calle, no lo que decían y pensaban sus enemigos.
Esperanza se ha ido sin que lo esperase nadie. Pero de una manera ejemplar. Porque ha creído que era el mejor momento para dejarlo. Porque nunca se consideró imprescindible. Porque nunca quiso ser una profesional de la política, sino una persona que creyó que podía ofrecer a sus conciudadanos una visión de la política diferente. Porque no sabe aún si está definitivamente curada de su enfermedad y ya no quiere preocupar más a los suyos. Porque piensa que su proyecto está consolidado y porque cree que Ignacio González está muy capacitado para sucederla porque es la persona más capacitada que hay para ser el presidente de la Comunidad, en sus propias palabras.
Esperanza Aguirre ha dimitido como Presidenta de la Comunidad de Madrid. Algo difícil de entender en una España en la que no dimite nadie salvo que le obliguen. Y de nuevo ha vuelto a demostrar que es una de las grandes políticas de este país.