Al filo del apagón

 Al filo del apagón

Durante los últimos días de septiembre y los primeros de octubre, el sistema eléctrico español ha vuelto a caminar por el filo de la navaja.

Bruscas variaciones de tensión, registradas en distintos puntos de la red, han puesto en jaque la estabilidad del suministro y despertado el fantasma del "cero energético", ese apagón total que El País no logró esquivar el pasado 28 de abril. Lo más preocupante no es que haya vuelto a ocurrir, sino que las causas son las mismas y las soluciones, cinco meses después, seguían sin aplicarse. La combinación de factores ha sido la misma, baja demanda eléctrica -propia del entretiempo-, dos reactores nucleares en parada técnica y una elevada producción solar fotovoltaica y eólica. El cóctel perfecto para desestabilizar la tensión en una red cada vez más dependiente de fuentes intermitentes. Los expertos llevan años advirtiendo que la transición energética requiere control y planificación. Pero el Gobierno, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la propia Red Eléctrica han mirado hacia otro lado hasta que la red ha vuelto a dar señales de alarma.

Red Eléctrica, responsable de la operación del sistema, ha lanzado ahora un grito de auxilio que suena a confesión tardía. "Hemos estado demasiado cerca del límite", reconocen técnicos del sector, que apuntan a la falta de "potencia firme y síncrona" -centrales capaces de mantener la frecuencia y estabilizar la tensión- como el talón de Aquiles del sistema. La CNMC ha reaccionado, aunque cinco años tarde, y acaba de aprobar un nuevo procedimiento para el control de la tensión que, según los ingenieros, habría evitado tanto el susto de abril como el reciente episodio de septiembre y octubre.

La pregunta inevitable es por qué se ha esperado tanto, por qué no se ha reducido la carga de las energías renovables. Los avisos de los operadores, los estudios técnicos y los informes de riesgo estaban sobre la mesa. Sin embargo, la falta de coordinación institucional y el triunfalismo político en torno a la "revolución verde" han ido postergando decisiones esenciales. La estabilidad del sistema eléctrico no puede depender de la suerte ni de la meteorología ni de la ideología. España presume de liderazgo en energías renovables, pero un sistema moderno no puede construirse sobre la improvisación. De nada sirven los récords, si se dan circunstancias que se conocen o se pueden prever y dejar al país a un paso del apagón. El reciente sobresalto debería servir de advertencia: sin inversión en respaldo síncrono, almacenamiento y gestión inteligente de la red, la próxima vez quizás no haya margen para reaccionar. Esta vez fue un aviso. La próxima podría ser oscuridad.


Madrid Actual no se hace cargo de las opiniones de sus colaboradores, que no tienen por qué coincidir con su línea editorial.

Publish the Menu module to "offcanvas" position. Here you can publish other modules as well.
Learn More.