Matrícula de honor para el Jardín de las Delicias
El final del verano lleva consigo un sinfín de costumbres de obligatorio cumplimento, pero por desgracia, por culpa de la pandemia, en los últimos años no habíamos podido disfrutar de uno de los festivales madrileños con más seguidores de las últimas fechas.
El Jardín de las Delicias es una cita musical que se desarrolla en la Ciudad Complutense de Madrid, exactamente en el Complejo Deportivo Cantarranas, justo enfrente de la facultad de Ciencias de la Información.
Este año, para celebrar su vuelta, la apuesta fue por un cartel emblemático, de calidad y transversal a todo el público, de ahí que cuando paseabas por la pradera del campo de rugby lo mismo te cruzabas con una pareja de sesenta años o con un grupo de adolescentes con ganas de descubrir nuevo estilos.
Asimismo , una de las claves del festival fue la sostenibilidad y la lucha por el proteger el medioambiente. Un ejemplo fue que solo se podía portar un vaso reciclable por persona y al terminar la consumición se cambiaba por otro.
Centrándonos en la música y los artistas, el viernes pudimos adentrarnos en una miscelánea de sonidos de diferentes estilos.
Jamás olvidaremos este viernes de septiembre
Un cartel digno del festival que estábamos disfrutando. 84, Pol 3.14 y Marlon demostraron que la tarde iba a ser inolvidable, los grupos conectaron con los asistentes desde el primer minuto. Un grupo asturiano (Marlon) y dos madrileños fueron los culpables del buen rollo que se empezó a contagiar por todo el recinto festivalero.
Taburete sería otra de las apuestas fuertes del primer día llenando el recinto desde el inicio del concierto. Desde la puesta en escena de “Tres tequilas”, los madrileños han conseguido llenar estadios y ganar seguidores en España y al otro lado del atlántico. Miles de fans acudieron para cantar al unísono los temas del grupo.
Llegaba el momento de Leiva, el de Alameda de Osuna venía con ganas de darlo todo ante su público, “en casa”, como dijo durante el concierto. Uno de los gestos de la actuación fue el agradecimiento realizado por el cantante a los asistentes por el esfuerzo al comprar una entrada.
Los silencios en muchas ocasiones pueden convertirse en místicos y en esta ocasión esto ocurrió cuando empezó a sonar “La Llamada”, como un “Sueño de una noche de verano” el éxtasis impregnó a los asistentes que no paraban de cantar el tema del madrileño.
Sidonie fueron los encargados de cerrar la noche del viernes, los catalanes, con sus estribillos pegadizos y su buen rollo, contagiaron a un público que cantaba todas las canciones de uno de los grupos más importantes del panorama indie musical.
El resto de grupos que componían el cartel no podía tener mejor nivel: Sergio Rojas, Los Flamingos, Moreno, María Yfeu, Yarea, Kiosko Espinosa, Barce, Mickey Pavón, Ardiya o Gilca.
Un sábado para recordar
El segundo día de festival el estilo pop estuvo más presente con grupos como Izal que conectaron con el público desde la génesis de la actuación. El grupo era uno de los cabezas de cartel, los fans motivados por disfrutar de su último trabajo y otros éxitos (“Hogar”) vivieron uno de los directos más increíbles del fin de semana.
Miss Caffeina, Nil Moliner y Veintiuno hicieron vibrar al público de principio a fin con su estilo pegadizo, demostrando que estamos ante una de las generaciones de artistas con mayor proyección de los últimos años.
Destacar también a Rozalén que obligó a que los asistentes no despegasen la mirada del escenario; a Dani Fernández, en la actuación no estaba permitido el pestañeo; o Álvaro de Luna, uno de los artistas más emergentes de las últimas fechas (“Duele”).
Además, destacamos las actuaciones de Maren, Paul Alone, Ainoa Buitrago, Paula Becker, Alex Wall, Erre, Adrián Lozano, Juan Valiente, Iván MG o Raiboc.
En definitiva, un festival que consiguió aunar a diferentes segmentos de edad para disfrutar de un fin de semana brutal en el que la música fue la gran vencedora.
