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Consideran que estas herramientas pueden contribuir a prevenir delitos y reducir la práctica del botellón, un problema recurrente en este emblemático lugar.
"Es una medida positiva porque muchas personas vienen a la plaza a consumir alcohol", ha afirmado uno de los vecinos consultados, quien destacó el impacto negativo de esta actividad en la convivencia del barrio.
La mayoría de los vecinos coincide en que las cámaras pueden actuar como elemento disuasorio frente a comportamientos incívicos, aunque reconocen que no son una solución definitiva. "Podrían hacer que algunos jóvenes se lo piensen antes de organizar botellones, pero no creo que sea algo que elimine el problema por completo, ya que a muchos puede no importarles", ha explicado otro residente.
A pesar de su apoyo a la iniciativa, los vecinos subrayan la necesidad de combinar esta medida con una intervención policial eficaz. "Es importante que la policía esté pendiente y actúe rápidamente; si no, de poco sirve tener cámaras que solo registren lo que ocurre", ha comentado un vecino, señalando la importancia de una respuesta inmediata para garantizar la efectividad del sistema de vigilancia.
Además, algunos residentes han sugerido que esta estrategia podría extenderse a otras zonas de Madrid con alta concentración de personas, donde problemas similares al del botellón afectan a la convivencia. Creen que una vigilancia más amplia podría mejorar la seguridad en distintas áreas de la ciudad, siempre que se acompañe de un enfoque integral que incluya presencia policial y programas educativos para fomentar el civismo.
Los vecinos de la plaza confían en que estas medidas conjuntas ayuden a reducir las molestias y mejoren la calidad de vida en este céntrico espacio de la capital.