La ONG Bocatas, también conocida como Pasión por el Hombre, ha denunciado que el Ayuntamiento de Madrid ha vetado su tradicional reparto de bocadillos en la plaza de Ópera, una labor que venía realizando desde 1996 con una media de atención semanal a 300 personas sin hogar. La asociación considera que la decisión municipal constituye una “prohibición de dar de comer” a quienes viven en la calle, acusando al Consistorio de promover un modelo de ciudad “donde quien no consume desaparece del paisaje”.
Desde el Ayuntamiento, sin embargo, defienden que la medida responde a incumplimientos continuados de diversas normativas municipales. Apuntan a que el reparto de alimentos se realizaba sin control ni autorización, generando aglomeraciones desde primera hora de la mañana y sin garantías sanitarias sobre los alimentos distribuidos. El área de Políticas Sociales ha advertido que no se podía asegurar la trazabilidad de los productos ni el cumplimiento de las medidas higiénicas mínimas, lo que podría suponer un riesgo para la salud pública.
Las autoridades municipales también han señalado otros problemas derivados de la actividad de Bocatas, como la entrada no autorizada de vehículos en horario restringido, la ocupación del espacio público con grandes cantidades de cajas de alimentos y la falta de control sobre las personas que reciben la ayuda, algo que, según el Consistorio, puede derivar en situaciones de tensión y conflictos entre los asistentes. En este sentido, se han producido varias intervenciones policiales durante los últimos meses por altercados durante los repartos.
Tanto la Junta Municipal de Centro, dirigida por Carlos Segura, como el área de Políticas Sociales, Familia e Igualdad, bajo la responsabilidad de José Fernández, aseguran haber mantenido diversas reuniones con los representantes de la entidad antes de tomar esta decisión. Desde el Consistorio recuerdan que existen recursos municipales adecuados para atender a las personas en situación de vulnerabilidad, como los 40 centros de Servicios Sociales, la Tarjeta Familias o la Campaña del Frío, que arrancó el 23 de noviembre. También señalan la intervención permanente del Samur Social en casos de emergencia.
Ante el cese forzoso de su actividad en la vía pública, Bocatas ha asegurado que continuará “por otros medios” su misión de acompañamiento a los sintecho, reafirmando su compromiso con las personas excluidas tras tres décadas de labor ininterrumpida. La entidad insiste en que no se trata de una cuestión legal o administrativa, sino de una decisión política que busca invisibilizar a quienes viven fuera del sistema de consumo.