la Presidenta del Gobierno regional, Isabel Díaz Ayuso, ha asegurado este viernes que su Gobierno no permitirá que "la cancelación y el sectarismo" se instalen en las aulas, rechazando frontalmente el uso de los centros educativos como herramienta para lo que ha calificado de "guerra ideológica".
Durante su intervención en la Universidad de Alcalá, en el acto de apertura del curso universitario, ha hecho un llamamiento al trabajo conjunto y ha advertido contra los intentos de manipulación política en el ámbito educativo.
Díaz Ayuso ha subrayado que la educación debe estar al servicio del saber, del pensamiento crítico y del esfuerzo intelectual, y no de las consignas ni de la manipulación ideológica. "La educación no es compatible con la colectivización ni con las coacciones de ningún tipo", ha declarado. La presidenta ha insistido en que no se puede tolerar el veto a personas por su raza, nacionalidad, religión, sexo u origen, denunciando que la llamada cancelación no es más que una forma de censura revestida de modernidad.
El inicio del curso universitario ha estado marcado por protestas sindicales convocadas a las puertas de la Universidad de Alcalá. Los manifestantes exigían mayor financiación para las universidades y criticaban la posición del Ejecutivo regional en relación con el conflicto palestino, al que se refirieron como un "genocidio", según denunciaron los organizadores de la protesta. Díaz Ayuso ha evitado hacer referencia directa a estas manifestaciones, pero ha recalcado que los centros educativos no deben ser espacios para el enfrentamiento político.
La presidenta madrileña ha señalado que corresponde a las autoridades políticas garantizar el ejercicio efectivo de los derechos fundamentales, comenzando por el aprovechamiento Pacífico y en libertad de los años universitarios. Ha destacado el valor que su Ejecutivo otorga a las universidades y ha expresado su confianza en que este curso académico sea "extraordinario", pidiendo a todos los agentes implicados que colaboren para lograrlo. También ha reivindicado el legado histórico de las universidades y ha asegurado que trabajar por ellas "es un privilegio".