Niños celíacos: cómo crecer sin gluten

Cada vez se habla más de la enfermedad celíaca, una patología que se suele diagnosticar antes del tercer año de vida, o ya entre los 30 y los 50 años. Caracterizada por la intolerancia al gluten, tiene impacto a lo largo de toda la vida de las personas que la sufren.
Los Dres. Alfonso Barrio, jefe de Servicio de Gastroenterología Pediátrica del Hospital HM Montepríncipe, Matilde Velasco, coordinadora de Pediatría del Hospital HM Montepríncipe y María Muñoz Pereira, jefa de Servicio de Alergología de los Hospitales Universitarios HM Montepríncipe y HM Puerta del Sur, explican detalladamente los síntomas característicos de esta enfermedad e informan sobre cómo se debe actuar en caso de sufrirla o convivir con alguien que la padezca.
La Dra. Matilde Velasco indica que es importante acudir al médico en cuanto se perciba alguno de los síntomas antes citados, ya sea en una persona adulta o en sus hijos. En el caso de acudir con un niño al pediatra, y una vez descartadas otras enfermedades con la que comparte síntomas, éste les derivará al Servicio de Gastroenterología Pediátrica.
Ante una sospecha de intolerancia al gluten, el médico indicará un análisis de sangre para determinar los anticuerpos propios de la celiaquía. Si el resultado es positivo o no existe otra explicación para los síntomas, se realizará una gastroscopia con biopsia duodenal que permitirá confirmar el diagnóstico. En algunos casos, apunta el Dr. Barrio, "cabe la posibilidad de obviar la biopsia", cuando los síntomas son muy característicos, los marcadores aparecen muy elevados en dos muestras de sangre distintas y el estudio de genes de riesgo es positivo. Confirmado el diagnóstico, se estudiarán a los familiares de primer nivel en busca de aquellos portadores de genes de riesgo, y en caso positivo, se procederá a realizarles el resto de estudios.
Eliminar el gluten de la dieta supone no consumir trigo, cebada ni centeno. Algunos expertos aconsejan también eliminar la avena, sobre la que existen ciertas dudas. En el caso de alimentos procesados, hay que asegurarse de que llevan el distintivo "sin gluten", ya que la ingesta de una pequeña cantidad de éste puede ser suficiente para reactivar la enfermedad. A pesar de eliminar estos alimentos, existen muchos otros que si se pueden consumir sin peligro, como lácteos, carnes, pescados, huevos, frutas, verduras, aceite o azúcar.
El Dr. Barrio insiste en que "desde el diagnóstico, hay que educar a los niños en preguntar si puede tomar los alimentos que se le ofrezcan, especialmente precocinados, chucherías, etc. A medida que estos crecen, deben aprender a identificar el símbolo "sin gluten", a interpretar las etiquetas y a tener siempre presente que ante la duda es mejor no ingerirlo".