La genética ya permite retrasar el envejecimiento y vivir mejor

La genética ya permite retrasar el envejecimiento y vivir mejor

El envejecimiento es un proceso natural para cualquier forma de vida.

Muchos son los científicos que estudian sus causas para responder a las incógnitas que surgen al respecto. La única evidencia real es que se trata de una transformación multifactorial en la que influyen factores celulares, de medio ambiente, estilo de vida y genéticos.

Esto hace que conocer nuestra genética pueda ser un camino interesante para poder entender los riesgos de nuestra salud. Nuestro ADN podría revelar consejos muy valiosos para poder adquirir una mejor calidad de vida y envejecer, así, de forma saludable y activa. Es posible, con un estudio genético, saber si una persona, por ejemplo, tiene mayor predisposición al fotoenvejecimiento, la cual es una de las razones de la aparición patas de gallo, arrugas o flacidez.

¿Podemos envejecer de forma saludable?

El envejecimiento de la población es más que evidente, además, a ello se une el aumento de la esperanza de vida, pero ello no supone siempre una mejora de la salud pública. Por tanto, es importante estudiar en cómo nuestro cuerpo puede envejecer de una forma más saludable. Con un estudio genético podemos observar si somos más propensos a ciertas enfermedades y condiciones.

Además, un cambio específico con mejores hábitos, mayor actividad física, mejor nutrición y beber agua en cantidad necesaria, podría mejorar enormemente nuestra calidad de vida en edades avanzadas.

Los factores genéticos y ambientales en el envejecimiento

Nuestro entorno influye directamente en la validad de la predisposición genética. Así, conocer las características del ADN puede ayudarnos a cambiar cierto hábitos y adoptar un estilo de vida concreto en consecuencia para poder prevenir ciertas enfermedades hereditarias. Estos estudios genéticos nos ayudarían a reducir los efectos negativos de esa herencia genética, pero también contribuiría a mejorar los positivos.

Un análisis del genoma personal, permitirá hacer predicciones de acuerdo con marcadores genéticos. De esta forma, lograremos tener un panel sobre la influencia del ADN en el proceso de envejecimiento. Es clave para explorar algunas predisposiciones como puedan ser el fotoenvejecimiento: o lo que es lo mismo, el envejecimiento precoz de nuestra piel inducido por los rayos ultravioleta. Otros factores como el tabaquismo, contaminación o una exposición prolongada al sol pueden contribuir también al envejecimiento de nuestra piel.

Un estilo de vida saludable y estudio de ADN

El doctor David Sinclair, uno de los investigadores más reconocidos en el campo de la genética, asegura que el estilo de vida envejece más que las características genéticas. Estas afirmaciones se basan en estudios concretos como el que se realizó con personas gemelas, en el que se observó que quienes mejor estilo de vida llevaban, podrían presentar un nivel celular de hasta 20 años de diferencia.

En este estilo de vida hay que dejar fuera acciones como fumar, pues las toxinas rompen el ADN acelerando el envejecimiento. También hay que hacer ejercicio y tomar el sol, esto último siempre con precaución. En cuanto a la nutrición, es necesario comer tres veces al día e intentar evitar la costumbre del picoteo, que lo único que hace es que nuestro cuerpo entre en modo abundancia.

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