Francisco Moreno: "Soy un hombre privilegiado por haber servido a Su Santidad"

Francisco Moreno es gerente del grupo Lezama, cuyo restaurante la 'Taberna del Alabardero' de Madrid fue el encargado de servir la comida en la Nunciatura durante la Jornada Mundial de la Juventud. Ahora cuenta, en exclusiva para nuestro diario, la singurar experiencia de haber sido el responsable de la comida y el servicio en la mesa nada menos que a Benedicto XVI, del 18 al 21 de agosto.
Moreno, vecino del municipio madrileño de Pozuelo de Alarcón, tuvo la oportunidad de servir anteriormente al pontífice Juan Pablo II, por lo que se considera "un hombre privilegiado por haber servido a Su Santidad", además de repetir este año con el Papa Benedicto XVI, del que afirma que "es un poco más reservado que Juan Pablo II, pero muy amable".
Sobre Juan Pablo II sólo tuvo palabras cariñosas y emotivas al recordar las dos veces que le había servido: "La primera vez que le serví, tenía mucha energía y era muy vital. Yo le pregunté: ¿Su Santidad quiere otro café o algo más? Y él me respondió: Su Santidad quiere ahora algo muy español, echarse una siesta". Una anécdota que recuerda con gran cariño.
Respecto a Benedicto XVI afirmó que parece una persona un poco más reservada, "siempre se mostró amable" y además, "es bastante goloso. Le encantó nuestra comida, pero especialmente los postres", entre los que destacó un soufflé de chocolate con naranja y un arroz con leche. "Me preguntó si el arroz con leche era un plato típico español, porque le encantó".
Francisco Moreno recordó otra anécdota muy humana sobre Benedicto XVI, y es que "terminado el postre, unas trufas muy buenas, Su Santidad cogió otra antes de marcharse y se la fue comiendo por el camino". Una historia que nos acerca más a quién es ese hombre que ocupa el cargo más alto de la Iglesia Católica, un hombre algo reservado, pero siempre cercano.
Moreno explica también que la dieta que se sirvió en la Nunciatura Apostólica durante la JMJ estaba compuesta en su integridad por comida típicamente española, una comida sencilla, sin recargos, pero muy fina. Y resaltó otro detalle sobre el Santo Padre: "Siempre acompañaba el postre con un Pedro Ximénez, y bebía mucha agua mineral sin gas y zumo".
Según Moreno, y a pesar de esa personalidad algo reservada del pontífice, Benedicto XVI se preocupó personalmente por el equipo, mostrándose siempre muy amable e interesado. "El último día, me dijo que quería saludar a todo el servicio, por lo que puse a todos -cocineros, limpiadoras, camareros...- en el pasillo y el Santo Padre fue saludándolos uno a uno". Por último, todo el equipo de la 'Taberna del Alabardero' se dirigió a una de las salas de la Nunciatura para inmortalizar una foto de familia junto al Papa.
"Ha sido una experiencia magnífica y me siento muy afortunado. Soy un hombre privilegiado por haber vivido estos momentos", concluyó Francisco Moreno.