El Hubble descubre la evolución de una "merodeadora azul"

El telescopio espacial Hubble de la NASA/ESA ha desvelado la historia de una estrella poco común, conocida como "merodeadora azul", ubicada en el cúmulo estelar M67, a unos 2.800 años luz de la Tierra. Este tipo de estrella, más caliente, brillante y azulada de lo esperado para su edad, parece ser el resultado de una compleja interacción gravitacional en un sistema triple estelar.
La investigación, complementada con datos del telescopio espacial retirado Kepler, muestra que la "merodeadora azul" ha tenido una evolución poco convencional. A diferencia de estrellas similares al Sol, que suelen rotar cada 30 días, esta estrella completa una rotación en apenas cuatro días, lo que indica un proceso de aceleración provocado por la absorción de material de una estrella compañera.
Emily Leiner, del Instituto de Tecnología de Illinois en Chicago, explicó que la estrella originalmente formaba parte de un sistema triple. Hace unos 500 millones de años, las dos estrellas de ese sistema binario se fusionaron en un único astro más masivo. Posteriormente, esta estrella gigante transfirió material a la "merodeadora azul", acelerando su rotación. Actualmente, la "merodeadora" orbita los restos de esa fusión: una enana blanca caliente.
Utilizando espectroscopia ultravioleta, el Hubble determinó que la enana blanca tiene una temperatura de 12.700 °C (aproximadamente tres veces la temperatura de la superficie del Sol) y una masa de 0,72 veces la del Sol. Estas características sugieren que la enana blanca es un producto de la fusión estelar previa, en contraste con las enanas blancas típicas del cúmulo M67, que suelen tener una masa de 0,5 masas solares.
"La historia de este sistema es fascinante porque nos permite reconstruir cómo evoluciona un sistema triple estelar", señaló Leiner. Aunque aproximadamente el 10% de las estrellas similares al Sol se encuentran en sistemas triples, pocos casos han sido estudiados con este nivel de detalle.
Los sistemas triples están ganando atención como posibles responsables de eventos estelares excepcionales. "Estos sistemas pueden producir productos finales muy interesantes y, en ocasiones, explosivos", afirmó Leiner. Sin embargo, conectar las diferentes etapas de evolución en sistemas complejos como este sigue siendo un desafío para los modelos teóricos actuales.