Promiscuidad y valores: ¿La raíz del problema?

Promiscuidad y valores: ¿La raíz del problema?

El reciente encuentro del delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, con la educadora social Marina Marroquí, para abordar el aumento de agresiones sexuales en la Comunidad Autónoma de Madrid, ha reavivado el debate sobre las causas y soluciones a este problema. En este artículo, expongo una crítica sobre las campañas actuales y propongo un enfoque alternativo basado en valores tradicionales.

El fomento de la promiscuidad sexual mediante campañas que promueven el uso del preservativo y el amor libre resulta paradójico cuando las mismas autoridades se escandalizan por el aumento de las agresiones sexuales. Es un contrasentido alimentar la bestia de la sexualidad descontrolada y luego sorprenderse de las consecuencias. Primero se incentiva una conducta que potencialmente desinhibe y, posteriormente, se intenta controlar sus efectos adversos.

En lugar de promover la promiscuidad, las autoridades deberían centrarse en fomentar valores como la continencia, la fidelidad a la pareja y la estabilidad familiar. Una campaña verdaderamente eficaz debe basarse en la promoción de valores que fortalezcan el respeto y la responsabilidad entre las personas. La prevención de la violencia sexual no se logrará solo con medidas reactivas, sino con una educación integral que priorice la formación ética y moral desde una edad temprana.

La trivialización del sexo conlleva a que los demás sean vistos como objetos de deseo, meros instrumentos de placer personal. Cuando el placer se convierte en el único fin, la dignidad de la otra persona se pierde. Esta cosificación es uno de los factores que puede contribuir a la perpetuación de las agresiones sexuales, ya que deshumaniza a las víctimas y fomenta una cultura de desresponsabilización.

No se trata de justificar ningún comportamiento violento, sino de señalar la incoherencia y la irresponsabilidad de las políticas actuales. Es como prender fuego al monte con la esperanza de que algunos cortafuegos controlen las llamas. Las autoridades deben asumir la responsabilidad de las consecuencias de sus propias campañas y trabajar en soluciones más coherentes y responsables.
El encuentro entre Francisco Martín y Marina Marroquí representa un paso importante en la lucha contra las agresiones sexuales, pero también es una oportunidad para reflexionar sobre la coherencia de nuestras campañas y políticas. Solo mediante la promoción de valores sólidos y la responsabilidad compartida podremos aspirar a una sociedad más segura y respetuosa.

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