Trump impone su ley

Tras meses de amenazas, prórrogas y una negociación marcada por el chantaje, Donald Trump ha conseguido su propósito: imponer a la Unión Europea un acuerdo arancelario claramente favorable a los intereses de Estados Unidos. Europa, y en particular países como España, encajan un golpe duro con la aplicación de un arancel del 15% sobre productos clave, sin que Bruselas haya adoptado una sola medida de represalia. El Viejo Continente, en un giro que muchos consideran humillante, acepta lo que a todas luces es un "trágala" en toda regla.
El nuevo acuerdo, anunciado como un "mal menor" por parte de las autoridades comunitarias, obliga a numerosos sectores europeos -y especialmente españoles- a asumir el coste de una política comercial que solo beneficia a Washington. Vinos, aceites, productos agrícolas, maquinaria y bienes manufacturados verán encarecido su acceso al mercado estadounidense, comprometiendo la competitividad de miles de empresas. En algunos sectores, se teme un retroceso en las exportaciones de hasta el 30%. Pero no termina ahí. El pacto incluye además la adquisición obligatoria por parte de varios países europeos de material militar estadounidense por valor de miles de millones de euros. Es una victoria clara para la industria armamentística norteamericana y otro empujón a la visión de Trump sobre el "America First", que, en esta ocasión, se traduce en "Europa paga".
Lo más inquietante para muchos analistas y responsables económicos es la pasividad de Bruselas. La Comisión Europea ha optado por presentar el acuerdo como un "mal necesario", evitando cualquier confrontación directa con Estados Unidos. Ni represalias, ni contramedidas, ni defensa activa de los sectores afectados. El mensaje implícito es claro: es mejor ceder ahora que enfrentarse a un 30% de arancel más adelante. Trump, con su estilo bronco pero eficaz, se ha salido con la suya. La UE, mientras tanto, pierde autoridad y credibilidad ante sus propios ciudadanos y ante el mundo. Lo que se nos vende como una victoria diplomática es, en realidad, una derrota económica y estratégica sin paliativos.